Quienes tienen gatos lo saben. En muchas ocasiones los gatos maúllan por más comida cuando su plato tiene una buena porción de alimento todavía. Esta conducta tiene una explicación y es un método muy común entre los felinos. De acuerdo con el sitio Pets Life, este comportamiento puede darse por diferentes motivos.
¿Por qué los gatos no comen si su plato no está lleno?
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Antes que nada hay que conocer cómo está acostumbrado a comer su gato. Es recomendable dejarle comida durante todo el día, salvo que el animal tenga problemas de obesidad o lleve adelante una dieta especial. De no ser así, puede malacostumbrarse a ver el plato lleno, y cuando parece que se acabará la comida se pone ansioso o se estresa y desea más, por lo que todo se traducirá en maullidos.
Por qué los gatos no comen si su plato no está lleno
Sin embargo, el sitio Pets Life remarca que es muy posible que la comida lleve servida un tiempo y al gato ya no le parezca fresca o sabrosa como cuando está recién salida de la bolsa. Por lo tanto, para evitar preocupaciones -incluso molestias- por los maullidos es aconsejable acostumbrar a los gatitos a tener porciones pequeñas en su plato, de modo tal que la consuman en menos de 8 horas. De esta manera se le podrá servir alimento tres veces al día
Es posible también que el problema tenga su origen en el plato. Como todo felino, los gatos tienen mucha sensibilidad en los pelos más grandes, largos y ruesos que tienen en cejas, bigotes y cerca de sus patas. Nunca se les debe ocurrir cortárselos y, dentro de lo posible, no hay que tocárselos.
Dependiendo el tipo de bigotes que tenga su mascota, hay platos que le resultarán incómodos para comer. Si es plano y pequeño, el plato no le gustará, ya que no podrá alcanzar el alimento en las orillas, así que va a pedir más comida porque necesita comer cómodamente.
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Otros platos complicados para los gatos son aquellos pequeños y profundos, ya que tiene que meter toda la cara o la cabeza para comer. Son muy incómodos para sus bigotes e incluso para sus cejas y cachetes.
El plato ideal va a depender de cada gato y sus preferencias en cuanto a material, tamaño y forma. Los mejores son aquellos recipientes de cerámica, vidrio, e incluso metal que sean anchos, curvos y poco profundos, sin orillas ni esquinas.