Eduardo Orellana, director del Servicio Penitenciario, hizo el anuncio y habló de la colocación de 300 cámaras bajo el modelo "seguridad inteligente"
Las cárceles avanzan hacia la "seguridad inteligente", según el Gobierno de Mendoza.
Sobre la premisa de que todo sistema carcelario a nivel mundial apunta a un modelo de "seguridad inteligente", el director del Servicio Penitenciario de Mendoza aludió a los avances que en ese sentido se han logrado en la provincia.
Eduardo Orellana, quien lleva 12 años en el cargo tras haber asumido durante un gobierno peronista (el de Francisco Paco Pérez) se refirió también a los objetivos a corto plazo para atender los requerimientos de seguridad frente al incremento de la población carcelaria.
El funcionario anticipó que se espera inaugurar lo antes posible dos nuevas unidades penales. También se refirió a la colocación de cámaras que permitirán un mayor y mejor control general.
El titular del servicio penitenciario admitió que "siguen ingresando personas a las cárceles. Por eso esperamos contar pronto con dos nuevas unidades penales para alojar a unos 600 internos".
"Estamos trabajando fuerte -contó esta semana en declaraciones a Canal 7- en la habilitación de esos nuevos establecimientos porque hace falta que Mendoza tenga una visión anticipada de lo que se viene".
Orellana agregó que "la seguridad inteligente crece en materia penitenciaria y la verdad es que nuestra provincia es pionera en este aspecto. La reunión de datos y el análisis de la información nos permite a nosotros sugerir medidas concretas tanto al Poder Judicial, como al legislativo y al Ejecutivo.
El director anticipó que se están instalando 300 cámaras en los distintos penales, con sistema inteligente: "El reconocimiento facial, el agregado del ADN y la huella digital nos posibilitarán un claro control sobre todos: los privados de libertad, los visitantes y los trabajadores".
Luego reflexionó: "Esto es fácil hablarlo pero lleva un proceso de 8 años. Estamos ya en la parte final, que siempre se corre un centímetro porque hay que buscar y explorar nuevos sistemas que nos brinda la seguridad inteligente".
Estos nuevos sistemas permiten no sólo bajar las tasas de violencia intramuros, sino investigar comportamientos y vínculos criminales en busca de posibles soluciones.
"En los últimos 30 años hemos pasado de la seguridad humana donde todo se relacionaba con la capacidad de las personas a la dinámica de los años 2000 y hoy a la seguridad inteligente al que todo sistema penitenciario del mundo aspira", sostuvo.