Los cálculos no son fáciles de resolver. En el Gobierno tienen claro que para arreglar las rutas 7, 40 y 143 deberán invertir unos U$S250 millones -la cifra se actualizó en los últimos días en base a los costos que maneja Vialidad Nacional-. Lo pagarán con los fondos del resarcimiento, pero la gran incógnita es cómo y cuándo se podrá recuperar esa plata. Sobre todo porque la Nación ya avisó que no mandará ni un peso. La respuesta es cobrando peajes, pero para que eso ocurra es estratégico definir dónde colocarlos y con qué costos.
La Ruta 7, a la altura del Acceso Este, es donde tiene la mayor concentración vehicular y por lo tanto es potencialmente el lugar en donde podrían colocarse los peajes a futuro.
A eso se suma que el tema no se resuelve sólo con ecuaciones técnicas. El hecho de tener que pagar peajes genera cierta resistencia en el mendocino, porque no está acostumbrado a hacerlo, como sí lo están los bonaerenses o los cordobeses, en cuyas provincias el sistema funciona y está aceitado. Tal vez eso cambie cuando esos conductores perciban no sólo las mejoras, sino los mantenimientos que evitan accidentes y mejoran el tránsito.
Por eso antes de avanzar habrá que concientizar mucho a los usuarios sobre la necesidad del mantenimiento de esas rutas, por las que los mendocinos transitamos a diario varias veces.
Todo ese combo obliga a hacer varias simulaciones antes de lanzar esa licitación. Por estos días en Infraestructura debieran evaluar todas estas variables, de manera tal de marcarle a la potencial empresa que se encargue de cobrarlo no sólo los márgenes de valor en los que se podrá mover, sino también los lugares en los que es más viable instalar los pórticos de peajes.
Una megaobra para 3 rutas, pero con peajes sólo en una
El convenio que Alfredo Cornejo firmó con Vialidad Nacional le concede a Mendoza la potestad de hacer las mejoras en 234 kilómetros de las tres rutas: la tercera trocha y dos puentes del Acceso Este, sobre la Ruta 7, la tercera trocha en el Acceso Sur, de Paso a Azcuénaga sobre la Ruta 40, y reasfaltar la Ruta 143.
Y habilita al Estado mendocino a cobrar un peaje como forma de recuperar la inversión, pero no lo autoriza a concesionar ese cobro de peajes a una empresa. Para eso se necesita de un DNU que se estaría negociando con la Nación.
Entretanto eso se concreta -algo que en Casa de Gobierno ya dan por descontado- analizan cómo hacer más tentadora esa oferta para atraer a potenciales inversores, que cobrarán peajes a cambio del mantenimiento de las rutas. Y a la par cómo el Estado va a regular esos peajes.
La postura que más se impone es concesionar ese mantenimiento en un solo paquete. Los técnicos marcan que nadie quisiera tomar sólo la Ruta 143 que une San Carlos con San Rafael, porque no sería rentable colocar un peaje allí, como tampoco lo es la obra de la Ruta 40, en el tramo que va desde el Aeropuerto al ingreso a Lavalle. Claramente todos se pelearían por quedarse con la concesión de la Ruta 7, que no sólo es el ingreso a la provincia, sino que es una de las más usadas por los mendocinos.
Los números del flujo vehicular lo marcan claramente. Las mediciones del tránsito sobre esa ruta que hizo Vialidad Nacional en el 2024 revelan que ese año por el ingreso a Palmira, en San Martín, pasaron 11 millones de vehículos.
En tanto que por el tramo que atraviesa el ingreso a Rodeo del Medio, cerca del colegio Don Bosco en Maipú, pasaron 13 millones de vehículos, y en el cruce de Urquiza, en Guaymallén lo hicieron más de 35 millones de distintos rodados, porque el tránsito medio diario allí es de 100.453 autos.
Si bien aún no está decidido dónde se podrían colocar los pórticos de los posibles peajes sobre la Ruta 7, con esos números sobre la mesa, es muy probable que quien vaya a definirlo se vea tentado a elegir esos cruces.
Cómo se calcula el valor de los peajes y dónde no serían rentables
En base a aquellas cifras de tránsito, los técnicos del Gobierno analizaron distintos escenarios para estimar el valor de los peajes en esas zonas: considerando la tasa de pago que podrían tener los automovilistas mendocinos y basados también en el tiempo en que se prevé la recuperación de la inversión que se hará en esas rutas.
Esa ecuación es la que determina si un peaje es viable o no.
Por ejemplo, si se decidiera a colocar un peaje en el cruce de la Ruta 40 con la Ruta Provincial 34, en el ingreso a Lavalle. En un escenario pesimista en el que sólo pagara el 35% de los vehículos que pasan por allí, y pensando en recuperar la inversión en sólo 6 años -que es el plazo mínimo que se calcula-, el peaje debería costar U$S16. Incluso si se pensara en recuperar la inversión en 21 años, debería costar U$S8. "Es claro que ahí no se podría poner peaje, porque es inviable", descartan esos técnicos.
En contrapartida y teniendo los mismos parámetros de cálculo, es estimable que si hubiese un peaje en el Acceso Este en el cruce de Urquiza en Guaymallén y se pensara en recuperar esa inversión en sólo 6 años, ese peaje podría costar 0,90 centavos de dólar; y si se ampliara ese tiempo de recupero a 11 años, el costo caería por debajo de los 0,60 centavos de dólar.
Es claro que ese análisis de cálculo está en estado embrionario. Tanto es así que los números que manejaban los mendocinos para estas estimaciones cambiaron notoriamente en los últimos días, luego de que desde Vialidad Nacional les indicaran que el valor de varios parámetros del mantenimiento preventivo de las rutas habían cambiado sustancialmente.
Los peajes que sí colocarían en las rutas mendocinas
Mientras definen valores y lugares estratégicos para potenciales peajes en las rutas nacionales, en el Gobierno sí están decididos a recuperar las inversiones que están haciendo en las rutas provinciales con ese sistema.
Tanto es así que en la Ruta Provincial 82, en la que se está terminando la segunda etapa, evalúan colocar peajes en tres cruces clave: en la conocida tijera de esa vía, pasando los caracoles de Chacras de Coria, frente al boliche La Guanaca, en el anillo de Pueyrredón y en la zona de Las Compuertas.
A esos peajes se sumaría también otro que prevén colocar en la ruta provincial 153 que une Santa Rosa con San Rafael y General Alvear. En esa vía, que suelen tomar sobre todo los transportistas para ir al Sur provincial y evitar el ingreso al Gran Mendoza, el peaje se colocaría a la altura de la reserva de Ñacuñán.
La certeza es que los peajes van. Falta decidir de manera definitiva cuántos, dónde y a qué precio.