Los antecedentes de abuso sexual
La denunciante fue ampliando sus declaraciones mientras que también brindaron su versión su pareja y también otro hijo de la mujer. Todos ratificaron haber vivenciado las situaciones donde el chico intentó abusar a su madre.
En el expediente se reconstruyó un caso anterior ocurrido a mediados de 2020, en otro domicilio ubicado en Las Heras, en El Borbollón. En ese caso la madre estaba durmiendo la siesta cuando el sujeto la abusó sexualmente. En tanto que una madrugada de febrero de 2019 habría ocurrido el primer episodio de la misma forma en una casa ubicada en Bermejo, Guaymallén. En esa instancia, otra hija de la víctima, de 14 años, presenció el ataque ya que estaba dentro de la habitación.
Según relató la denunciante en una primera entrevista que mantuvo con el Equipo de Abordaje de Abusos Sexuales (Edeaas) detalló que no había realizado la denuncia en los casos anteriores porque tenía temor a la forma en que iban a reaccionar sus otros hijos contra el sospechoso.
Estas primeras evidencias fueron suficientes para que en ese septiembre de 2023, el joven de 27 años fuera imputado por dos hechos de abuso sexual con acceso carnal, un abuso sexual gravemente ultrajante, todo agravado por el vínculo, y además las amenazas. Desde entonces se encontraba alojado en la penitenciaría.
Fuentes judiciales detallaron que incluso estuvo cerca de ser condenado a 8 años de prisión en un juicio abreviado en octubre pasado, tras un acuerdo al que llegó la Fiscalía de Delitos Sexuales y su defensora oficial, pero a último momento el sospechoso no quiso admitir los hechos y se cayó la negociación.
La libertad del presunto abusador
La maniobra judicial le terminó saliendo bien ya que en los últimos días logró recuperar su libertad. La defensa y la Fiscalía estuvieron de acuerdo en un cese de prisión preventiva. Es decir, el sospechoso de abuso sexual salió de la cárcel pero seguirá investigado en el expediente. Ahora quedará viviendo en la casa de un tío ya que se le impuso una prohibición de acercamiento a su madre, según detallaron fuentes judiciales.
Para tomar esta decisión fue clave una conducta de la denunciante: nunca se volvió a presentar a las citaciones judiciales. De esta forma no se pudo avanzar con las pericias psicológicas de rigor que requiere un expediente de abuso sexual. Tras haber pasado un año y medio sin mayores avances en el expediente, y no haber nuevos elementos de convicción para sostener la detención, fue que terminó recuperando su libertad.