En la práctica ya tenía efecto. Pero restaba la confirmación de un juez. Y este viernes llegó. Finalmente, se ratificó la revocación de la prisión domiciliaria que estaba gozando Adriana Valeria Suarez (40) cuando habría cometido un crimen en su casa de Guaymallén donde un hombre fue descuartizado.

Para el momento en que ocurrió el crimen de César Darío Rodas (41) -ver más abajo-, Adriana Suarez se encontraba cumpliendo una condena por un violento robo pero tenía el beneficio de prisión domiciliaria ya que la Justicia consideró que estaba a cargo de sus cinco hijas, todas menores de edad.

Cuando el hombre fue asesinado y descuartizado en ese domicilio de Dorrego, Adriana Suarez pasó inmediatamente al complejo penitenciario Almafuerte II mientras que las menores quedaron a disposición del Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI). Sin embargo, faltaba que una jueza confirme esa decisión respecto a su encarcelamiento.

Adriana Suarez crimen Guaymallén
Adriana Suarez está acusada de haber matado y descuartizado a un hombre.

Adriana Suarez está acusada de haber matado y descuartizado a un hombre.

Esto motivó una audiencia pedida por el fiscal de Ejecución Penal Jorge Calle de revocación de la prisión domiciliaria. La misma se concretó este viernes y la jueza Eleonora Arenas confirmó que la mujer dejará de gozar de ese beneficio.

Otra audiencia clave por el crimen

El próximo paso importante en el expediente será el próximo 21 de agosto. ese día, la mujer y sus presuntos cómplices -Marcelo Rubén Altamirano (35) y Ángel Jonatan Quiros (32)- se sentarán ante el juez Gabriel Bragagnolo que definirá si siguen alojados en la penitenciaría.

En términos técnicos, se trata de la audiencia de prisión preventiva que solicitó la fiscal de Homicidios Andrea Lazo, quien lleva adelante la investigación por el caso del hombre descuartizado.

Torturado, asesinado y descuartizado

La acusación formal en el expediente sostiene que entre la medianoche y las 5 de la madrugada del 18 de junio pasado, César Rodas fue atacado por el trío de sospechosos en un domicilio ubicado sobre calle Adolfo Calle, en Dorrego.

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El motivo del ataque sería que sospechaban que el hombre había abusado sexualmente a una de las hijas de la Adriana Suarez -pese a que las pericias posteriores descartaron lesiones compatibles con un vejamen-. Durante todas esas horas, César Rodas fue golpeado y torturado.

La reconstrucción fiscal sostiene que mientras le decían "ahora vas a sentir lo que sintió mi hija", la mujer y sus cómplices le martillaron los dedos de los pies y las manos, le introdujeron una botella de vidrio en el ano y lo golpearon con una manopla y un palo de madera. También lo obligaron a arrodillarse, leer la Biblia y pedir perdón.

Jonatan Quiros se retiró del lugar cerca de las 4, mientras que los otros dos sospechosos continuaron con la agresión hasta que consumaron el crimen. Luego, descuartizaron el cadáver. Parte de los restos se lo dieron de comer a los perros de la casa, mientras que otra fue quemada en una chimenea.