Al parecer, todos los homicidios cometidos por 'Lucifer' han sido dentro del sistema penitenciario, pues no hay registros de que realizara ese tipo de crímenes en las calles. "No me arrepiento de haber matado a esas personas, porque la pelea fue justa. Había muchos violadores y ladrones que robaban a los presos dentro de la cárcel", declaró ante un juez.
En la misma declaración, cuya fecha no ha sido especificada, Silva admitió que había matado a 48 presos, entre ellos, cinco personas que fueron asesinadas en 2011 y otros dos rivales en 2015. Su historial de prisión contiene 30 faltas disciplinarias graves.
El singular apodo de Silva se debe a uno de sus tatuajes, que reza "Lucifer mi protector", y a los tridentes, demonios, calaveras y la esvástica que luce en su piel. Según los psicólogos consultados UOL, su "alta peligrosidad" no se debe a una enfermedad mental, sino a un "trastorno de personalidad antisocial".
Sin embargo, los expertos de una de las cárceles donde estuvo recluido aseguran que también tiene psicosis y necesita tratamiento por parte de un equipo multidisciplinario especializado que no existe en las unidades federales. Desde el 31 de julio de 2020, el delincuente se encuentra confinado en la Penitenciaría Presidente Venceslau 1.