Identificando claramente "quién está destruyendo la Tierra y quién está ofreciendo falsas soluciones", la Iglesia católica del Sur global exige "una transición que abandone los combustibles fósiles y la paralización de las nuevas infraestructuras relacionadas, con plazos definidos, medidas concretas de rendición de cuentas y políticas públicas" al tiempo que "se oponga a los esquemas fraudulentos de compensación de carbono y a la financiarización de los bienes comunes". Los líderes instan a los responsables políticos a "eliminar progresivamente los combustibles fósiles, poniendo fin a todas las nuevas infraestructuras y cobrando los impuestos adecuados a quienes se han beneficiado de ellas".
Las conferencias ofrecen una sólida perspectiva sobre la financiación climática, afirmando que "las naciones ricas deben pagar su deuda ecológica con una financiación climática justa sin endeudar aún más al Sur Global, para recuperar las pérdidas y los daños en África, Asia, América Latina y el Caribe, y Oceanía". Hacen referencia a las recientes decisiones auspiciadas por la ONU, afirmando que: "tras la profunda decepción causada por el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado (NCQG); exigimos que la financiación climática sea transparente, accesible y entregada directa y efectivamente -sin intermediarios- a las comunidades más vulnerables, asegurando que los bancos de desarrollo y las instituciones financieras no inviertan en combustibles fósiles y proyectos extractivos, y que no se base en la financiarización de la naturaleza ni aumente la deuda de los países del Sur Global".
Los líderes destacan la justicia en la transición energética, afirmando que "defendemos la justicia climática, garantizando que las decisiones de la COP30 y otras prioricen a las personas empobrecidas por encima de la lógica corporativa que profundiza las desigualdades". Con especial atención tanto al daño desproporcionado a las mujeres como a la capacidad de liderazgo de las mujeres, piden "políticas y programas descentralizados de energías renovables" que "promuevan el trabajo decente para las mujeres a todos los niveles, apoyen el espíritu empresarial de las mujeres en el sector de las energías renovables".
Entre otros compromisos, las conferencias anuncian que crearán "el Observatorio Eclesial sobre Justicia Climática, a través de la Conferencia Eclesial de la Amazonía, para monitorear los compromisos de las COP y su cumplimiento en el Sur Global, así como para denunciar los compromisos incumplidos". Reafirman que la Iglesia Católica "no dejará de alzar su voz contra las injusticias ecológicas y sociales, recordando que el clamor de la Tierra es también el clamor de los pobres".
La publicación del documento tiene lugar durante el décimo aniversario del Acuerdo de París sobre el clima y el décimo aniversario de Laudato Si', la histórica encíclica del Papa Francisco sobre el clima y la ecología. El Papa Francisco impulsó activamente la adopción del Acuerdo de París, y el Vaticano ha promovido sistemáticamente la adopción de medidas urgentes y ambiciosas sobre el cambio climático durante la última década. Este año, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, ministerio social y medioambiental del Vaticano, está dirigiendo una campaña de un año de duración, Brindando Esperanza, para fomentar la acción continuada.