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El festejo de Julián Álvarez, gol con ADN riverplatense.
Ahora, mientras tecleo estás líneas, me llega desde el estadio 974 de Qatar cómo varios miles de argentinos vociferan el nuevo himno de la Selección que compuso un pibe de Buenos Aires con música de La Mosca.
"Muchaaaaaaachos, ahora nos volvimos a ilusionar..." "Muchaaaaaaachos, ahora nos volvimos a emocionar..."
Y los autos pasan por mi calle a puro bocinazo. Con banderas y camisetas y la gente sacando medio cuerpo por la ventanilla. Van por el Acceso Este hacia el centro. A San Martín y Peatonal, como en el '86 o en el '90.
Y canto: "Que de la mano, de Lío Messi..."
La pasión futbolera en el Mundial Qatar 2022
Amo el fútbol. Sufro el fútbol. Y concluyo que los muchachos de La Scaloneta se cortaron las ataduras de pies y cabeza contra Arabia y México. Y siento que hoy contra Polonia hicieron un partidazo al que le faltaron goles nuestros y al que le sobraron casi 30 minutos.
Y toque. Y toque. Toque Messi, toque.
El fútbol casi siempre es un juego maravilloso y los años me enseñaron que no siempre gana el mejor. Al fin y al cabo, es un juego.
Y en Argentina, un juego que paraliza al país, que enciende pasiones, que une y que te sube las pulsaciones a diez mil.
Hay cábalas. Los mates del segundo tiempo contra México se repitieron contra Polonia y volverán el sábado contra Australia. ¡Siempre hay que confiar en algo más!
Somos un país futbolero. De fútbol somos, tituló alguna vez nuestro Rodolfo Braceli.
El fútbol... Tan nuestro como el mate, el asado, Maradona y ahora... ¡Messi!
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