Una obviedad: nuestro país es un loop incesante, un volver a cometer (siempre) los mismos errores, hasta parecernos -ya patológicamente- a nuestro pasado.

¿Ya lo sabías, ¿no?

Entonces hablemos de vos. De que vos tenés la culpa (una parte de la culpa, no toda).

La falta de crítica es una de las causas de la mala praxis gobernante.

La falta de crítica, tal vez, como cause para no salir del bipartidismo o bicoalicionalismo en el país y la provincia.

No desafiamos a la política tanto como nos exige el durísimo panorama que asoma.

Y mucho menos cuando son de un color que nos agrada. Y el resultado de eso no es otro que mediocridad, a veces discursiva y a veces de gestión: heladera llena.

No miramos el defecto, no queremos ver el defecto. Pasa en el palacio, primero, y, después, también en la plaza, en nosotros.

El gobierno nacional hizo repartos groseramente desiguales en perjuicio de Mendoza durante la pandemia: ocho mil pesos por cada mendocino contra 66.000 que recibió, por ejemplo, cada riojano.

Fernández Sagasti y el peronismo dicen que no hay discriminación y que el reclamo por el reparto de esos fondos es un actuando de Suarez.

Pero el PJ en lugar de reclamar, niega el destrato. Silencio.

Acá, la semana pasada: los diputados Petri y De Marchi sobre la última causa judicial contra Macri, ante la acusación y antes de que incluso vaya a la justicia dicen: “Es imposible que haya espiado”. Imposible. Inocente total. Capaz que sí, pero por qué exculpar antes.

Les juro que en otros países no es normal que a todos los expresidentes estén imputados por algo.

Aparte estamos hablando de alguien con un puñado de causas, no una.

Bueno. Es nuestro, así que silencio.

Intendentes del oficialismo, por ejemplo Marcelino Iglesias, despotrican y no van a controlar un sólo precio de lo que, entienden, es una burrada de Feletti.

¿Pero que pasó cuando lo hizo el gobierno de Cambiemos, de su mismo color político? Adiviná: silencio.

Y lo mejor para el final. Cristina Fernández de Kirchner va a cobrar por mes 2.500.000 pesos por ser expresidenta y por la pensión como viuda de Néstor Kirchner.

A eso se suma un retroactivo de 120 millones de pesos más.

Cristina va a cobrar lo mismo que en un mes cobran 4.100 jubilados. Juntá 4.100 señores y señoras y da esa cifra.

Claro jubilados comunes, a ellos sí la Anses les apela para no pagarles.

Todo esto ante su militancia en otro atronador silencio.

No nos gusta desafiar a los propios, a pesar de que eso es lo que nuestra clase política necesita: que los interpelemos, que los obliguemos a elevar el debate para tener un mejor nivel y para no llevarnos sorpresas poco gratas cuando ya los votamos.

No nos gusta ver los defectos de los nuestros.

Y está funcionando ¿eh ?: Discusiones políticas mediocres, errores pasados por alto, hijaputeces pasadas por alto, básicas, para problemas tan pero tan complejos.

Y ahí vamos, tropezando siempre con lo mismo. Pareciéndonos patológicamente al pasado.

En 19 días habrá una nueva expresión de enojo en las urnas argentinas.

Va a haber otra vez un voto bronca.

Ojalá que, al menos, un poquito de toda esa bronca sea con nosotros mismos.

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