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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, levantando el puño en señal de victoria el día del atentado (Archivo). Crédito: EFE/ David Maxwell.
La imagen de Trump levantando el puño ensangrentado tras el ataque se convirtió en un ícono de su campaña. El mitin tuvo lugar justo antes de la convención republicana que lo proclamó candidato presidencial frente a Kamala Harris.
El FBI y el Servicio Secreto, bajo fuego por el atentado
Un informe interno reveló graves fallos de seguridad del Servicio Secreto. Seis agentes fueron suspendidos por su actuación el día del atentado a Donald Trump en Pensilvania. Las sanciones, que oscilaron entre 10 y 42 días, afectaron a personal desde agentes de línea hasta supervisores.
El reporte, publicado en septiembre, concluyó que los errores del equipo encargado de proteger al presidente fueron determinantes. Además, un informe de la Cámara de Representantes advirtió sobre la falta de coordinación entre el FBI y las fuerzas de seguridad locales antes del evento.
La narrativa de Donald Trump
Aunque Trump ha criticado repetidamente a otras agencias federales, evitó culpar directamente al FBI. Sin embargo, la reacción a la falla de seguridad generó condenas tanto de demócratas como de republicanos.
“Tenía la obligación de seguir adelante. Fue un milagro que sobreviviera, pero ahora tengo que cumplir”, dijo Trump, reforzando la narrativa de su misión política luego del ataque.