Te decimos cuáles son los elementos que NUNCA deben faltar en tu ofrenda de Día de Muertos y cuál es el significado de cada uno
El Día de Muertos es considerado como una de las celebraciones más importantes no solo de México, sino también de muchos países y culturas. En esta fecha se busca apelar a la memoria y realizar un ritual que privilegia el recuerdo sobre el olvido.
Ofrendar, en el Día de Muertos, es compartir con los difuntos el pan, la sal, las frutas, los manjares culinarios, el agua y, si son adultos, el vino. Sin embargo, son varios los objetos o elementos que pueden estar presentes en una ofrenda. A continuación te decimos cuáles son.
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Una ofrenda debe contener flores, ceras, velas y veladoras. Los indígenas le agregaron el sahumerio con su copal y la comida y la flor de cempasúchil (Zempoalxóchitl).
La ofrenda representa la combinación del sincretismo del viejo y el nuevo mundo. Dependiendo de la familia y sus tradiciones, también se pueden sumar otros elementos y objetos como retratos, mole, calaveras de azúcar, etc.
Ofrendar es estar cerca de nuestros muertos para dialogar con su recuerdo, con su vida. La ofrenda es el reencuentro con un ritual que convoca a la memoria, asegura el sitio web del Gobierno de México.
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El agua representa la fuente de vida y sirve para que las ánimas mitiguen su sed después de su largo recorrido y para que fortalezcan su regreso. Por otro lado, la sal es purificación.
Las velas y veladoras significan "la luz", la fe, la esperanza. Su flama o llama guía a las ánimas para que lleguen a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada. En varias comunidades indígenas cada vela representa un difunto, es decir, el número de veladoras que tendrá el altar dependerá de las almas que quiera recibir la familia.
Por otro lado, el copal y el incienso es el elemento que sublima la oración o alabanza. Las flores adornan y aromatizan el lugar donde llegarán las ánimas.