El 20 de marzo de 1861 la tragedia del terremoto que asoló a Mendoza destruyendo su capital, dejó sus dolorosas huellas en la Villa de Maipú. Tras días y noches de luto, dolor y socorro, el presidente de la orden Mercedaria, fray Mamerto Apolinario Vásquez, cumplió con su humanitaria tarea de ayudar a todos. El templo y conventos mercedarios, junto con las principales edificaciones, estaban totalmente en ruinas.
Por su parte, el coronel Juan de la Cruz Videla, junto con su Regimiento de Guardia Nacional con asiento en Maipú, comenzaron con las tareas de auxilio a la par del padre Vásquez. Estos hombres dejaron la capital mendocina para socorrer y ayudar a los damnificados del departamento Maipú. El hacendado maipucino don Casiano Guevara los asiló en su casa. El 31 de marzo, once días después del terremoto, el padre Vásquez expresó la idea de irse a vivir efectivamente a Maipú junto con su comunidad religiosa, reedificar el templo de La Merced y formar la nueva villa.