Mientras la oposición pide más tiempo para analizar los cambios en la Justicia y que se estudie un proyecto propio, los radicales avisaron que no cederán

La comedia de enredos que se vivió en la Legislatura

Por UNO

Un supermartes que se puede convertir en un black friday (viernes negro). Esto fue lo que sucedió ayer en la sesión del Senado, que terminó cayéndose por falta de quórum y que intentarán remontar el viernes, en un debate especial. Es que el oficialismo tenía todo preparado para aprobar una seguidilla de proyectos y no pudo hacerlo. El motivo fue el tratamiento casi express del más polémico de todos: el de la modificación y ampliación de la Suprema Corte de Justicia. El bloque del PJ en pleno y el FIT no bajaron al recinto. Hasta allí la situación era salvable porque el oficialismo y sus aliados podrían haber alcanzado el número para debatir. Pero lo que los radicales no tuvieron en cuenta es que dentro de sus filas existen dos díscolos: Raúl Ferrer y Walter Soto. Ambos hijos pródigos del radicalismo, no son santos de la devoción del gobernador Alfredo Cornejo, puesto que se quedaron fuera de todo en las últimas elecciones: no integraron ninguna lista y ni fueron tenidos en cuenta para cargo alguno. Este ninguneo fue el motivo por el que Soto y Ferrer ya hicieron caer la sesión en la que se trataría el Código Procesal Civil y el Plan de Ordenamiento Territorial. Sin embargo, el enojo de los dos radicales aún produce efectos colaterales. Uno fue el de ayer. Se armóDespués de que la vicegobernadora Laura Montero diera la sesión por caída, la Legislatura fue un revuelo, un ir y venir de legisladores de distintos partidos dando conferencias de prensa. Cada uno quería dejar sentada su postura: por qué sí o por qué no estaban de acuerdo con el proyecto. Los primeros en explicar la situación fueron los radicales. "Nosotros vemos que la Corte está saturada de causas y queremos acelerar los procesos. Cuando en la democracia uno no está de acuerdo con un proyecto, la única manera de demostrarlo es discutirlo y rechazarlo", sostuvo Juan Carlos Jaliff y agregó: "El PJ ya dijo en la reunión de la Comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales (LAC) que no estaba de acuerdo de ninguna manera con esta iniciativa. Por eso no accedimos a seguir discutiéndolo, ni llamando expertos para que aportaran, porque ellos no querían hacer ningún cambio, simplemente se mostraron en contra". Visiblemente disgustado por los argumentos sobre las supuestas intenciones de Cornejo de colocar dos miembros más dentro de la Corte para que le respondan directamente a él, Jaliff manifestó: "Hace 34 años que el máximo tribunal está compuesto por mayoría de jueces elegidos por gobernadores radicales y eso no ha sido impedimento para que la Justicia funcione en forma independiente. Si vamos a dar un debate, démoslo en serio. Queremos descomprimir la Corte de la cantidad de casos que tiene y estamos dando una solución", manifestó. La suma del poder públicoLa presidenta del bloque del PJ en el Senado, Patricia Fadel, explicó cuál es la postura de su partido ante este proyecto. "Nosotros íbamos a sesionar si la UCR sacaba el tema de la Corte y posponía la discusión. Pero no quisieron hacerlo. La idea de aumentar los miembros de la Corte nos trajo reminiscencias del menemismo. En ese momento, los radicales que nos representaban en el Congreso (Fernando Armagnague y José Genoud) no entraron a esa sesión. Ahora estamos haciendo lo mismo", subrayó Fadel.Al mismo tiempo, explicó que habían presentado un proyecto para solucionar los tiempos lentos de la Justicia, que explicó la senadora María José Ubaldini."Lo que quiere Cornejo es la suma del poder público. Gestiona el Ejecutivo, tiene mayoría en las dos cámaras y ahora quiere manejar la Suprema Corte", aseveró Fadel. Palabra de díscoloRaúl Ferrer señaló que no les parecía correcto que un proyecto tan importante fuese votado con tanta presión. Que ellos querían estudiar la iniciativa y que concurrieran a la Legislatura especialistas. "Además, queremos que se informe correctamente a los intendentes. Omar De Marchi aseguró que no sabía nada y otros jefes comunales, que no se animan a hacerlo público, tampoco recibieron comunicación alguna. Esto no puede suceder", dijo Ferrer, quien habló también en nombre de Soto.