Por José Luis Salas
Asumió completamente su condición y en octubre del año pasado comenzó a vivir como una mujer. Se sintió liberada y feliz, pero a partir de entonces también empezó a sufrir el acoso o bullying de sus pares. Es que Antonella Arenas, de 19 años, está en el sexto año de la Escuela Técnica Ejército de los Andes, una secundaria mayoritariamente de varones. En los recreos y fuera de la institución debe soportar distintas burlas. Ha planteado la situación a las autoridades pero no ha recibido la respuesta que necesitaba.
“Estoy a 4 meses de salir, pero desde hace un año que sufro acoso, no tanto de mi curso donde, sólo son tres o cuatro los que siguen molestando, sino de alumnos de otros cursos que no me conocen, ya que el desconocimiento es la raíz de la discriminación”.
Antonella, que se define como una “chica transexual” y en julio obtuvo su nuevo DNI como mujer, tiene en claro que no todo el mundo recibe de igual forma el cambio que ha experimentado, pero sólo pide respeto.
Con la Agrupación por la Igualdad Sur Axis y el grupo de psicopedagogos de la escuela habían acordado una charla sobre el tema para el lunes de la semana pasada, pero ese día, al momento de ingresar le prohibieron la entrada por orden de la dirección y “la DGE nos mandó una abogada que dijo que iba a ver cómo lidiaba con el bullying en la escuela”.
Consideró que “no puede ser que eso pase en una escuela”, pero está convencida que para revertirlo “no hay que callarse y empezar a actuar”. Porque “aunque yo estoy por terminar la secundaria, hay chicos gays que siguen ahí y alguien tenía que hablar. Pero no sólo por la orientación sexual, también si un chico es gordo, flaco o de otra nacionalidad, hay que trabajar para todo, necesitan un taller completo de prevención del bullying”.
Antonella asumió lo que sentía a finales de 2009 y empezó terapia psicológica, pero completamente “lo pude encarar el año pasado”. Un día de octubre del año pasado, cuando cursaba quinto año, llegó vestida de mujer a la hora de matemática, justamente dictada por la directora. Los chicos y la profesora se sorprendieron, “pero ya se lo imaginaban”, y recordó que se sintió “feliz, hubo nervios, pero fue una linda experiencia”.
Ese día a la tarde se sentó a hablar con sus compañeros para explicarles su situación y la reacción fue diversa, algunos la apoyaron en su decisión, otros fueron indiferentes y otros no lo aceptaron, como en su hogar, ya que “a mis viejos nunca les cayó bien el tema”, y se tuvo que ir de su casa.
►Romper barreras y mitos. En la Supervisión de Educación Técnica local le comentaron a Antonella Arenas que es el primer caso de una chica transexual que tienen en las escuelas de la provincia. Y posiblemente también sea el primero del país.