Dirigió y elaboró los guiones de 13 actos centrales. Inauguró el Teatro Griego Frank Romero Day revolucionando los esquemas gramaticales y escenográficos utilizados hasta 1958

El poeta que inventó las “fiestas espectáculo” de la Vendimia nacional

Por UNO

“(...) Aquí reposa Abelardo Vázquez, el triste, el poeta, el borracho, el amante de todas las princesas del amor, el profesor de madrugada. Lo era, lo fue, como fue joven delante de esta muerte preparada por vosotros, los inmortales, los dueños del dios vivo (...)”. Este es un fragmento del poema Mi epitafio. La muerte, el amor, el tiempo, el vino y el paisaje fueron los temas centrales de sus obras.

Quienes analizaron su creación literaria aseguran que el vino fue su musa inspiradora. Es que Vázquez amó profundamente a Mendoza y lo reflejó en sus poesías, de hecho uno de sus libros está dedicado íntegramente a la provincia: Poemas para Mendoza.

España, Chile y Buenos AiresSus padres fueron José María Vázquez y Paulina González. Tenían un campo de explotación maderera en Ñacuñán (Santa Rosa) pero cuando Abelardo era niño se mudaron a Granada (España) por 10 años. En esa ciudad conoció a escritores de la talla de Federico García Lorca, de cuyo círculo literario formó parte. Cuando estalló la guerra civil, la familia Vázquez retornó a Argentina. Años después Abelardo publicó su primer libro: Advenimiento (1942).

Abelardo estaba comprometido con la difusión de obras de autores locales; por eso trabajó por los poetas sin nombre ni dinero: en 1943 creó el Grupo Pámpano, que fue revista gráfica y luego oral y después sello editorial. El proyecto duró poco más de un año y en 1944 viajó a Chile para encontrarse con Pablo Neruda. De allí surgió el poema Bebo con Pablo y amo con Chile. En 1951 viajó a Buenos Aires, donde vivió 4 años.

Su legadoAbelardo rompió los esquemas en las más de 10 Fiestas de la Vendimia que dirigió y guionó entre 1958 y 1980. Fue quien inauguró el Teatro Griego, en 1963. El último espectáculo que dirigió se llamó Vendimia infinita (1980).

Vázquez creó el género sui generis que es el espectáculo vendimial actualmente. El compañero inseparable de Antonio Di Benedetto y Alberto Rodríguez aprovechó los cerros como escenarios e incorporó las emblemáticas cajas de luces de la mano de los hermanos González Werten.

Vilma Rúpolo, coreógrafa, bailarina y quien dirigió el Acto Central de 2013, entre otros espectáculos centrales, fue bailarina de Abelardo en los ’70: “Tenía esa gran veta de creación poética. Por un lado creaba las palabras pero también las imágenes, por eso es que era tan especial y tenía esa idea del trabajo en equipo… Sus obras eran de mucho fervor latinoamericanista. Le daba mucha importancia a la dramaturgia; sus personajes eran muy claros y vivíamos ese espíritu profundo de Vendimia. Aprendíamos su conexión con esa cosa identitaria que tiene. Él definió la Vendimia, porque es una manera particular de hacer un espectáculo argumental. Definió sus íconos”.

Los asados al terminar los ensayos, el vino en la mesa, las risas, el compromiso y la creatividad del trabajo grupal fueron algunos de los sellos indelebles que “el poeta del vino” le regaló a su querida Fiesta de la Vendimia y que recuerdan quienes trabajaron con él en esas décadas.

►Abelardo nació el 13 de setiembre de 1918 y murió el 20 de mayo de 1986, a causa de una enfermedad hepática.

►Curiosidad. Sus lugares sagrados fueron el teatro griego y sus cerros aledaños, a los que bautizó Cabernet, Pinot, Semillón y Vinagre.

►Familia. Escribió: “He sido casado, divorciado, viudo y quizás soltero alguna vez”, en un escrito que tituló Antimemorias. Lo cierto es que Abelardo tuvo una hija, Marité, y un hijo, Abelardo Roberto. Este último siguió sus pasos en la poesía pero sólo publicó un libro. Falleció a los 39 años, en 1992.

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