“Asesino, asesino”, de un lado. Aplausos del otro. Así fue el final de la primera jornada del juicio histórico por delitos de lesa humanidad, y el cuarto que se realiza en Mendoza.
“Asesino, asesino”, de un lado. Aplausos del otro. Así fue el final de la primera jornada del juicio histórico por delitos de lesa humanidad, y el cuarto que se realiza en Mendoza.
En una jornada donde los jueces del Tribunal Oral Federal 1, sólo les tomaron la presentación a 30 de los casi 40 acusados, el final del primer día de debate fue una de las situaciones más llamativas.
Hecho en el salón de actos de la Justicia provincial, el debate tuvo una asistencia de unas cien personas, entre familiares de las víctimas, de los acusados y funcionarios nacionales y provinciales. Afuera, alrededor de 300 personas seguían las instancias del juicio a través de parlantes y una pantalla gigante.
Las casi de dos horas de debate fueron calmas. Los dos acusados más conocidos eran los ex jueces Luis Miret y Otilio Romano, este último que estuvo prófugo en Chile durante más de dos años.
El primero, llegó caminando, ya que las causas en su contra permiten que esté en libertad, e inmediatamente ingresó al salón de actos, donde se sentó al lado de otro ex magistrado acusado: Guillermo Max Petra Recabarren.
Hasta poco antes de que comenzara el debate, a Miret se lo vio calmado y hablando, pero una vez que se inició el debate y empezó a ser fotografiado, prefirió ponerse unos lentes oscuros, que ya no se sacaría durante el resto del debate.
En cambio, Romano llegó esposado y escoltado por personal penitenciario. Se lo notó algo incómodo entre medio del resto de los imputados, que en el salón de actos eran alrededor de veinte, ya que otros salieron a través de videoconferencias desde Tucumán, Rosario, Ezeiza, Comodoro Py y los tribunales federales de Mendoza.
Una vez iniciado el debate, se presentó a treinta de los acusados y se llamó a un cuarto intermedio hasta el lunes que viene, donde se presentará al resto de los acusados, se comenzarán a leer las imputaciones en su contra y la querella y la fiscalía seguramente, como lo hizo en los anteriores debates, pedirá la ampliación de las acusaciones y que los imputados no estén libres.
Sin embargo, fue al finalizar el debate que se vivió una situación que en Mendoza hasta ahora no se había visto antes.
Mientras los acusados eran sacados de la sala, algunos aplausos de sus familiares despertaron la reacción de las familiares de desaparecidos o de aquellos que incluso estuvieron detenidos y fueron torturados durante la última dictadura militar, que respondieron con un grito de “asesinos, asesinos”, y el clásico cántico: “Cómo a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”.
No obstante, el episodio se quedó ahí, ya que familiares de unos y de otros mantuvieron la distancia y no cruzaron entredichos entre ellos, en lo que fue la primera jornada de un juicio histórico y que está previsto que dure varios meses.
Entre los presentes en las escalinatas hubo funcionarios provinciales, militantes de agrupaciones de derechos humanos y de sectores políticos, entre las que sobresalió Susana Trimarco.
En el debate se enjuician a 39 personas, entre ellos los ex jueces federales Otilio Romano, Luis Miret, Rolando Carrizo, Guillermo Max Petra Recabarren y Gabriel Guzzo, lo que hace que sea la primera vez que cinco ex magistrados se sientan entre los acusados.
Susana Trimarco, madre de Marita Verón, fue una de las 300 personas que esperaron afuera de los tribunales provinciales, donde se realiza el cuarto juicio por delitos de lesa humanidad. "Para mí es un gusto estar acá acompañando a los familiares. Es la misma lucha que el caso de mi hija", explicó.
La mujer también sostuvo que siempre admiró a las madres y abuelas de plaza de Mayo como así también a la agrupación y los calificó de "ejemplo".
Producción periodística: Daniel Calivares.