Jimmie Smith descubrió un boleto de lotería ganador en el último momento posible. Este guardia jubilado de Nueva Jersey acumulaba décimos sin revisar durante años, sin imaginar que entre ellos se escondía una fortuna de 24 millones de dólares. Un anuncio televisivo sobre un premio sin reclamar lo alertó justo a tiempo.

"Siempre me decía: 'Los comprobaré cuando tenga tiempo'", confesó tras encontrar el boleto premiado. Esta costumbre casi le cuesta perder una recompensa que estaba a punto de expirar, salvándose por apenas unas horas.

El descubrimiento que transformó su vida

El jubilado había comprado el ticket ganador el 25 de mayo de 2016, pero tardó casi un año en darse cuenta que poseía el número premiado. Emprendió una búsqueda desesperada tras escuchar un aviso sobre un premio pendiente de cobro.

Las circunstancias jugaron a su favor por muy poco margen, ya que faltaban apenas horas para que venciera el plazo. Una demora adicional hubiera significado perder la posibilidad de convertirse en millonario.

Tras los trámites, Smith eligió recibir su premio en pagos anuales durante 26 años y optó por mantener un perfil discreto. La lotería informó que, desde entonces, apenas se ha sabido más sobre él.

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Jimmy Smith ganó una verdadera fortuna en la lotería.

Jimmy Smith ganó una verdadera fortuna en la lotería.

Plazos más cortos en la lotería

En otros países, las reglas son más estrictas. Mientras Smith tuvo casi un año para reclamar su premio, en España, por ejemplo, los ganadores disponen de apenas tres meses para cobrar cualquier importe ganado en la lotería nacional.

La Primitiva, Bonoloto, Euromillones y El Gordo comparten el mismo periodo: 90 días desde el sorteo. Pasado este tiempo, el dinero vuelve a las arcas del organismo emisor de lotería.

Los expertos recomiendan guardar los boletos en lugares específicos, configurar recordatorios y revisar periódicamente los números en páginas oficiales. Estos hábitos evitan que miles de millones se pierdan anualmente por simple descuido.

El caso del jubilado Smith demuestra que la suerte aparece inesperadamente, pero también enseña una lección sobre la importancia de estar atento a nuestras posesiones.

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