Gracias al desarrollo de tecnologías innovadoras y procesos más eficientes, Alaska consolida su posición como uno de los productores más importantes del metal precioso, con operaciones de gran envergadura como las minas Fort Knox y Pogo que mantienen niveles de producción destacados.
En el suroeste del país, Arizona conserva su atractivo para la inversión minera gracias a formaciones geológicas prometedoras y la presencia de operaciones importantes como las minas Copperstone y Moss, que demuestran la vigencia del estado en la industria extractiva.
Cuáles son los otros estados que tienen oro en Estados Unidos
La historia minera de California comenzó con el hallazgo de oro en Sutter's Mill en 1848, un evento que desencadenó una migración masiva hacia el oeste y estableció sitios emblemáticos como Empire Mine y Kennedy Mine.
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Por su parte, Carolina del Norte marcó el inicio de la fiebre del oro en Estados Unidos cuando un descubrimiento casual en el condado de Cabarrus desató el interés por la minería, una actividad que podría resurgir ante condiciones de mercado favorables.
Los expertos consideran que Virginia presenta condiciones geológicas propicias para retomar la producción minera a pequeña escala, recordando la época dorada de yacimientos como la mina Franklin que contribuyeron significativamente a la economía local.
Las riquezas minerales de Oregón, descubiertas hacia 1850, mantienen su atractivo para exploradores modernos con zonas destacadas como el distrito minero de Bohemia y la histórica draga de Sumpter Valley, mientras numerosas áreas inexploradas prometen nuevos hallazgos.