Recitales

Ismael Serrano: íntimo y reflexivo en un teatro Plaza colmado

El cantautor español se presentó con un formato acústico este sábado en Mendoza

Por UNO

El Teatro Plaza de Godoy Cruz se vistió de gala este último sábado 3 de mayo para recibir la calidez y la poesía de Ismael Serrano. Con un público mayoritariamente femenino y un ambiente de expectación palpable, el cantautor español subió al escenario puntualmente a las 21:13, acompañado únicamente por la maestría de su inseparable Jacob Sureda en piano eléctrico y guitarra acústica.

La noche comenzó a desgranarse con "Balance", la melancólica apertura de su disco "Acuérdate de Vivir" (2010), estableciendo de inmediato la atmósfera introspectiva que caracteriza su obra. Sin pausas, Serrano enlazó con "Sin ti a mi lado", un clásico de su segundo álbum, "La Memoria de los Peces" (1998), confirmando la complicidad de larga data con su audiencia.

Pero la música de Serrano trasciende la mera interpretación, es un diálogo constante con el público. Entre canción y canción, el artista se valió de esos relatos discretos y tan propios de su trayectoria para conectar con la fibra sensible de los presentes. Fue así como, evocando huellas en la playa, llegó el primer momento álgido de la noche con los acordes inconfundibles de "Por fin te encontré", perteneciente a "Todo empieza y acaba en ti" (2013). La conexión era palpable, la verdad de sus letras resonaba en cada rincón del teatro.

La velada continuó desplegándose a través de una cuidada selección de canciones que abarcó diversas etapas de su carrera: "Ven", "Ana", "La llamada", la especialmente coreada y ovacionada "Sucede que a veces" (que levantó al público de sus asientos), "Tantas cosas", "Cállate y baila", una celebrada versión de "La cigarra", "Que andarás haciendo", un "Tema nuevo" que despertó la curiosidad, "Absoluto", "Eres", "Ahora", "Soltar", "Vértigo", "Vine del norte" y "Ahora que te encuentro".

Tras un breve intervalo a las 23:18, la segunda parte del concierto regaló momentos aún más intensos. La emblemática "Papá cuéntame otra vez" culminó con una referencia cómplice a la masiva convocatoria: "Sí, fueron 30.000" dijo y todos aplaudieron. Un nuevo "capote" llegó con su sentida interpretación de "Lucía" de Serrat, seguida por "No estarás sola" y la emotiva "Pequeña criatura". El cierre oficial corrió por cuenta de "El virus del miedo", marcando el final de un setlist generoso y emotivo.

Sin embargo, esta presentación en el Plaza tuvo un matiz distintivo respecto a experiencias previas, como la recordada actuación en el Colón con orquesta. Serrano aprovechó cada intersticio entre canciones para compartir reflexiones punzantes y directas. Con una honestidad brutal, se autodefinió como un pesimista, desafiando la imagen que algunos podrían tener de él. También dedicó un espacio a criticar con vehemencia la "movida" de la autoayuda y sus mensajes simplistas, ridiculizando incluso a figuras como Pilar Sordo con comentarios ácidos que desataron las risas del público. Su invitación a abrazar la tristeza como una emoción válida y a abandonar la falsedad resonó con fuerza en la sala.

En definitiva, la noche del sábado en el Teatro Plaza de Godoy Cruz fue mucho más que un recital. Fue un encuentro íntimo con la honestidad poética de Ismael Serrano, un espacio para la reflexión profunda aderezada con la calidez de sus melodías y la complicidad de un público entregado. La sencillez del escenario contrastó con la profundidad de las letras y la conexión genuina que el artista logró establecer, dejando en Mendoza una huella imborrable de su particular sabiduría musical y verbal.

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