Petróleo, minería y pesca

Juan José Retamero, el empresario español que quiere invertir en la Vaca Muerta mendocina

A pesar del conflicto judicial con los directivos de Fecovita, el dueño de la mina de oro Gualcamayo quiere sumar negocios en Argentina

Tras 10 años hacer negocios con Argentina y aún con un un litigio judicial sin resolver, el empresario español Juan José Retamero asegura que quiere hacer negocios "en" el país, puntualmente con inversiones en minería y el petróleo de Vaca Muerta, a través de AISA Group, el holding familiar que lidera.

Nacido el Madrid, tiene inversiones a través de AISA en Europa, Canadá, EEUU e India. Retamero repite el término "tradear" (en inglés, comprar y vender) porque esa visión de los negocios le permitió consolidarlo, primero con la carne y luego el vino, y ahora va por más.

Conoce Argentina desde 2015, cuando un megaproyecto de importación y distribución de vinos en el gigantesco mercado de China puso al país en su mapa comercial.

Y al margen del conflicto que lo tiene a mal traer, con los directivos de Fecovita, se entusiasma con sus nuevos proyectos, como parte de la diversificación que encargó el holding desde 2022.

"Argentina tiene un gran desarrollo y potencia que creo que para ustedes mismos es difícil de percibir", define el confeso hincha del Real Madrid y de algunos jugadores, como el crack croata Luka Modric, del que se dice su amigo.

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Con Vaca Muerta y la minería en San Juan a la vista, Retamero alabó las ventajas del RIGI para facilitar inversiones

Con Vaca Muerta y la minería en San Juan a la vista, Retamero alabó las ventajas del RIGI para facilitar inversiones

Del vino a la inversión en pesca y minería

Retamero se acelera al hablar de Gualcamayo, la mina de oro en San Juan que adquirió en 2023. Es que el yacimiento ocupa un predio de casi 40 mil hectáreas, donde, afirma "se ha explorado apenas un 3% de su potencial y está todo por hacerse".

Casi al mismo tiempo, AISA puso un pie en la industria pesquera, con la compra en enero pasado de Cabo Vírgenes S.A., en Chubut.

El interés es, de nuevo, explotar para exportar, esta vez la riqueza ictícola de la costa patagónica sobre el Pacífico con destino a Europa. La firma tiene una capacidad de congelación que le permite exportar más de 10.000 toneladas/año a España.

Pero todas las luces parecen estar puestas en Gualcamayo. El responsable operativo de la mina, Ricardo Domínguez, explica que si bien el principal mineral a extraer es el oro, también existe molibdeno (insumo clave para la industria metalúrgica) y el buscado cobre (demandado para la energía) y vetas de carbonatos profundos.

Según Domínguez, "hay reservas certificadas por 3 millones de onzas sobre 5, de las que se han extraído alrededor de 1,8. Hoy el oro viene cotizándose hasta un rango actual de entre 80 y 100 dólares la tonelada, con un costo de extracción de extracción bajo".

Claro que Retamero sabe leer las condiciones que pueden propiciar una inversión y allí aparece el RIGI (Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones) que el Gobierno esgrime para atraer capitales desde el año pasado.

Por eso, ya está en marcha la presentación de dos proyectos que puedan acceder a beneficios fiscales que ofrece el régimen por 30 años: uno de casi U$S800 millones para poner la explotación de Gualcamayo a pleno.

"Queremos construir una planta de procesamiento de carbonatos y todos los sulfuros que tiene el yacimiento. Y llevamos los últimos seis meses trabajando en otro RIGI que puede llegar a los 1.000 millones en energías renovables", aseguró el titular de AISA.

Mendoza en la mira: el petróleo de Vaca Muerta ¿y otra vez el vino?

Retamero, quien durante la semana dio entrevistas ante medios locales, adelantó que está interesado en al menos 3 yacimientos. Y son parte ni más ni menos que del mega bloque de petróleo no convencional de Vaca Muerta, con inversiones que superarían los 200 millones.

Según anticipó Retamero "hay dos del lado de Mendoza y una en Neuquén. Estamos analizando las condiciones para ver si en las próximas semanas podemos acometer alguna de esas áreas como proyecto para acceder al RIGI".

Sin duda, la llamada "lengua mendocina" de Vaca Muerta no deja de atraer inversiones, a partir de la iniciativa de YPF en el megabloque que incluye a parte de Malargüe.

En tren de diversificarse, el potencial vitivinícola es insoslayable. En tal sentido, el español reconoció que "no hay limitación alguna, de hecho me haría muchísima ilusión invertir en la industria, aunque ahora mismo no está en el core de nuestros negocios".

Pero ya no sería a través de la compra y venta de mosto y vino argentino, dado que los últimos contratos se cancelaron, con República Checa y China como principales destinos.

Entonces, la posibilidad de invertir en la adquisición de una bodega propia parece ser el camino.

"Debo admitir que me han ofrecido varias. Pero ahora, con un arancel del 10% o más es muy complejo posicionar al vino argentino en el mundo. Sin embargo, gracias a Dios pudimos diversificarnos y ya no comprar la mercancía sino exportar la propia", detalló.

RIGI: "Al inversor le atrae más la seguridad jurídica que la baja de impuestos"

¿Cómo ve, con sus pros y contras, un inversor extranjero a Argentina más allá del interés por hacer negocios?

Para Retamero "Argentina es una gran oportunidad, pero necesita dar seguridad al inversor, porque está claro que sin ella no invertirá, al márgen de que el proyecto sea más o menos rentable. En tal sentido creo que el RIGI es una gran chance".

El fin del cepo cambiario también aflora como un obstáculo a sortear, porque "además se requiere libre disponbilidad de las divisas. Frente a esto no es tan interesante que puedas acceder a una mejora en la tasa impositiva, aunque siempre suma para preferenciar un proyecto por sobre otro".

¿Qué pasa si la eliminación de esas restricciones no llega? "Tienes que estar permanentemente lidiando o esperando una devaluación. Una mente extranjera no entiende eso, solo espera variables mínimas", resumió Retamero.