La Asociación de Expendedores de Combustible de Mendoza (AMENA) dio a conocer el detalle de la pérdida económica que representó la suspensión de la venta de GNC, ordenada por un comité de crisis de la Secretaría de Energía de la Nación entre el 2 y el 3 de julio por la ola polar.
El impacto del corte de GNC que se dispuso entre el 2 y el 3 de julio por la ola polar.
El motivo que se esgrimió en aquel momento fue que debido a la suba en la demanda -por el frío-, hubo que priorizar el servicio para usuarios especialmente sensibles, como los hogares, los hospitales y escuelas. En un informe al que accedió Diario UNO se detalló que las pérdidas de los empresarios superan los 200 millones de pesos, teniendo en cuenta el volumen de venta de días anteriores.
“Considerando el volumen promedio de metros cúbicos que se venían vendiendo en los días previos, y al precio promedio de todas las estaciones de Mendoza, la venta que se perdió en ese plazo fue aproximadamente entre 250 y 280 millones de pesos”, explicó Octavio Garrigós, de AMENA.
Fueron dos jornadas en los que muchos transportes públicos, sobre todo los taxis -que se abastecen con gas- no pudieron trabajar con normalidad. También se procedió al corte de gas en algunas industrias. Una de las golpeadas fue la de las conserveras de tomates.
La medida fue dispuesta a raíz de las temperaturas extremas que se registraron con la llegada del frío al país. En efecto, se dio un fenómeno atípico de la inexistencia de amplitud térmica entre las mínimas y las máximas.
Dos días con los surtidores de GNC cerrados
La medida, que se extendió entre el 2 y el 3 de julio, fue rechazada por los taxistas, como por otros sectores que tuvieron que paralizar sus fuentes de trabajo. Algunos choferes que sí decidieron salir contaron después que habían hecho la diferencia porque se quedaron con los pasajeros de otros colegas que ese día tuvieron que quedarse en casa.
Los expertos en materia de energía apuntaron contra el gobierno nacional y hasta indicaron que había otras opciones para asegurar la calefacción de las familias argentinas.
Referentes de las cámaras de expendedores de gas, a nivel país, denuncian negligencia y atropello, argumentando que la interrupción se realizó sin previo aviso y de manera arbitraria. Se puso bajo tela de juicio la medida, aunque justificada por la emergencia, porque "desnuda fallas estructurales en la infraestructura energética del país" y decisiones previas que han afectado la capacidad de respuesta ante picos de demanda.