Los conocimientos adquiridos contribuirán al desarrollo agrícola de Antigua y Barbuda, una nación que aún no ha alcanzado la autosuficiencia alimentaria ni ha logrado atraer a jóvenes al sector, agregó.
Durante la ceremonia de clausura del programa en noviembre, Walter Christopher, secretario permanente del Ministerio de Agricultura del país caribeño, expresó su deseo de que la capacitación contribuya a aumentar los rendimientos de los cultivos y eleve la contribución del sector agrícola al PBI, del 2% al 5% en los próximos cinco años.
China ha buscado compartir su experiencia en modernización agrícola con los Estados de América Latina y el Caribe (ALC) mediante la transferencia de tecnología y programas de capacitación, lo que ha convertido a la región en un foco creciente de la cooperación Sur-Sur.
Los esfuerzos más amplios de China en ese sentido demuestran que su camino hacia la modernización no es solo para sí misma, sino también para todos los países en desarrollo, según analistas.
Qi Yiming, investigador del Instituto de Historia y Literatura del Partido del Comité Central del Partido Comunista de China, afirmó que la experiencia exitosa de China demuestra que no existe una única fórmula hacia la modernización.
“China no exporta un ‘modelo chino’, sino que comparte sinceramente su experiencia de crecimiento”, sostuvo. Como países en desarrollo, China y las naciones de ALC deben avanzar en su propio desarrollo a través de la innovación práctica y la exploración teórica basada en su realidad, añadió.
Al mismo tiempo, ambas partes deberían fomentar los intercambios y la cooperación para avanzar juntas en su modernización, señaló.
Las economías emergentes y en desarrollo se han convertido en los principales impulsores del crecimiento económico mundial. El año pasado, el comercio entre China y los países de ALC superó por primera vez los u$s 500.000 millones, multiplicándose por 40 con respecto a comienzos de este siglo.
En la cuarta reunión ministerial del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), celebrada en mayo en Beijing, las dos partes se comprometieron a profundizar la cooperación en inversión, infraestructura, agricultura y seguridad alimentaria, recursos minerales, energías limpias, comunicaciones 5G, economía digital e inteligencia artificial.
China también prometió ofrecer a los Estados miembros de la CELAC 10.000 oportunidades de capacitación e iniciar 300 proyectos de subsistencia “pequeños y hermosos” en la región.
Desde la creación de parques agrícolas de demostración y la construcción de carreteras y puertos, hasta la exportación de vehículos eléctricos, la instalación de parques industriales ecológicos y granjas fotovoltaicas, China y ALC no solo han profundizado la cooperación en sectores tradicionales, sino que también se han expandido a campos emergentes.
Ruben Yaguari Garcia Sandoval, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, afirmó que, gracias a las inversiones a gran escala de China, los países de ALC gozan de oportunidades de desarrollo sin precedentes.
China actúa como catalizador de la modernización y transformación de los países de la región, y es esencial aprovechar al máximo esta oportunidad de cooperación, continuó.
La región no es solo proveedora de recursos naturales, sino que también puede convertirse en una fuente de tecnología avanzada y en un actor activo del desarrollo compartido, añadió.
Claudio Coloma, profesor asistente e investigador en la Universidad de Las Américas en Chile, señaló que “lo que vemos en China es un ideal que se materializa en un ejemplo concreto y en un modelo de modernización”.
El académico elogió el enfoque pragmático de China en materia de gobernanza, y destacó que el liderazgo chino ha priorizado de forma constante el bienestar de su población en su búsqueda del desarrollo nacional.
Los países de ALC deben comprender el modelo de cooperación chino, ya que este ofrece una visión completamente distinta de las relaciones internacionales y la política, afirmó.