El reciente descubrimiento arqueológico en la necrópolis de Saqqara, al sur de El Cairo, revela detalles extraordinarios sobre la vida de la realeza en el antiguo Egipto. La tumba pertenece al príncipe Waser-If-Re, hijo del faraón Userkaf, fundador de la Quinta Dinastía, y data de aproximadamente 4.500 años de antigüedad.

Las excavaciones, dirigidas por el reconocido egiptólogo Dr. Zahi Hawass junto al Consejo Supremo de Antigüedades y la Fundación Zahi Hawass para Arqueología y Patrimonio, demostraron que esta estructura fue construida durante el Reino Antiguo y posteriormente reutilizada durante la Dinastía XXVI de Egipto, evidenciando la relevancia histórica del sitio y el lujo con que se trataba a la realeza.

Opulencia real

Entre los hallazgos más impactantes destaca una monumental puerta falsa elaborada en granito rosa, que mide 4,5 metros de altura y 1,15 metros de ancho, siendo la más grande de su tipo jamás encontrada. Esta estructura majestuosa está decorada con jeroglíficos detallados que enumeran los numerosos títulos del príncipe, incluyendo "Príncipe Hereditario", "Escriba Real", "Visir" y "Sacerdote Cantante".

El equipo arqueológico también encontró trece estatuas de granito rosa sentadas en sillas de respaldo alto, que se cree representan a las esposas del príncipe, algunas notablemente sin cabeza. Este tipo de representaciones evidencian el lujo y poder que ostentaban los miembros de la familia real en el antiguo Egipto.

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Junto a estas figuras, los arqueólogos descubrieron una impresionante estatua de granito negro, de 1,35 metros de altura, posicionada boca abajo, además de una mesa de ofrendas de granito rojo con inscripciones de elementos rituales. Estos artefactos proporcionan una visión clara sobre las prácticas funerarias egipcias y las estructuras sociales de la época.

El ministerio de Turismo y Antigüedades celebró este descubrimiento, destacando que el equipo de excavación fue conformado enteramente por egipcios, lo que refuerza el papel local en el campo de la egiptología. Este logro arqueológico enriquece nuestro entendimiento de la historia del antiguo Egipto y subraya el legado perdurable de la civilización que floreció a orillas del Nilo.

Más detalles del descubrimiento

La excavación reveló otra estatua de granito negro, de 1,17 metros de altura, que lleva el nombre y títulos del propietario, que data de la Dinastía XXVI. Este hallazgo respalda la teoría de que la tumba fue tanto un lugar de descanso para el príncipe Waser-If-Re como un sitio de continua veneración y ritual mucho después de su construcción inicial.

El descubrimiento de una segunda entrada, inscrita con el nombre del príncipe y el cartucho del Rey Neferirkare, confirma aún más la reutilización de la tumba en períodos posteriores. Esta práctica era común en el antiguo Egipto, donde estructuras importantes mantenían su relevancia religiosa a través de diferentes dinastías.

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La gigantesca puerta que le dio valor al descubrimiento.

La gigantesca puerta que le dio valor al descubrimiento.

Dr. Hawass expresó su entusiasmo por los hallazgos, enfatizando la importancia de este descubrimiento para comprender los rituales y jerarquías sociales de la Quinta Dinastía. Mencionó que la estructura única de la tumba y su contenido la convierten en un ejemplo destacado de las prácticas funerarias egipcias antiguas.

A medida que continúan las excavaciones, se espera descubrir más cámaras y artefactos, que prometen revelar detalles sobre los misterios que rodean el uso posterior de la tumba y las razones detrás de la reubicación de estatuas reales. Los egipcios estudiosos permanecen esperanzados de que surgirán más conocimientos sobre la vida, muerte y creencias de los antiguos gobernantes de Egipto en este notable sitio.

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