Infecciones: Las infecciones bacterianas graves como la tuberculosis son reconocidas por causar sudores nocturnos. Otras infecciones, como la endocarditis, que afecta el revestimiento del corazón, y el absceso, también pueden desencadenar sudoración durante la noche.
Trastornos hormonales: Algunos trastornos hormonales, como el hipertiroidismo, generan un aumento en la actividad metabólica del cuerpo, lo que provoca sudoración excesiva. Otra causa hormonal puede ser el feocromocitoma, un tumor de las glándulas suprarrenales que produce hormonas en exceso.
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Trastornos del sueño y estrés: El estrés y la ansiedad pueden provocar cambios en la regulación de la temperatura corporal. Además, trastornos del sueño como la apnea del sueño pueden desencadenar episodios de sudoración nocturna, ya que el cuerpo se esfuerza para mantener el flujo de aire adecuado.
Medicamentos: Ciertos medicamentos como los antidepresivos, los tratamientos hormonales y los medicamentos para la diabetes pueden causar sudores nocturnos como efecto secundario.
Enfermedades autoinmunes: Enfermedades como el lupus o la artritis reumatoide a veces generan fiebre baja que puede presentarse con sudores nocturnos.
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