El árbol de Jade es una suculenta que no precisa de muchos cuidados, y que incluso puede llegar a estar días sin ser regada o sin sol. Sin embargo en invierno puede ocurrir que la notes un poco más descuidada de lo normal y que sus hojas se caigan.
El árbol de Jade es una planta suculenta y, como otras suculentas, prefieren menos agua que más. El riego excesivo es una de las principales causas de caída de hojas. Si las hojas lucen amarillas y comienzan a arrugarse, entonces hay un exceso de riego en la planta.
Sequedad excesiva
En el otro extremo de lo que mencionamos previamente, cuando no se riega el árbol de Jade también causa la caída de las hojas. Las suculentas necesitan de vez en cuando un riego profundo para garantizar que las hojas se mantengan gordas y sanas.
Te aconsejamos remojar la planta cuando llegue el momento de regarla y utilizar una mezcla de tierra con buen drenaje para garantizar que la humedad llegue a todas las partes de la planta de jade.
Exposición insuficiente a la luz
El árbol de Jade precisa de horas iguales de sombra y luz. En muchos casos, la caída de las hojas está relacionada con la falta de luz y no a un exceso de la misma. Si hay demasiada luz directa, el sol quemará primero los bordes de las hojas de la planta de Jade.
En verano, intenta que el árbol de Jade no reciba el sol directo del medio día o la tarde, cuando es muy fuerte, y en invierno puedes darle todo el sol del día sin problemas.
Plagas, enfermedades o infecciones bacterianas
Las plagas también pueden provocar la pérdida de hojas del árbol de Jade. Las infecciones de bacterias comienzan matando las raíces y tallos y continúan con las hojas, las cuales se caen.
Las cochinillas son la plaga más común de las plantas de Jade. Sin embargo, no suelen ser tan dañinas para las hojas como para provocar su caída.
Demasiado o muy poco fertilizante
El árbol de Jade puede recibir fertilizantes o abonos naturales, pero en cantidades medidas. Si añades demasiado de una vez o con demasiada frecuencia, tu árbol de Jade perderá hojas de abajo hacia arriba, e incluso pueden volverse amarillas o arrugarse antes de caer a pesar de las prácticas de riego adecuadas. Es raro que pierda hojas por falta de abono.