La Vela Puerca
La banda uruguaya La Vela Puerca llenó el Auditorio Ángel Bustelo por sus 30 años.
Nicolas Ríos
El segundo bloque desplegó toda la potencia que define a la banda: "Sin Avisar", "Bandido", "Burbujas", "Soldado de Plomo" y "Escobas" se sucedieron sin tregua, manteniendo la intensidad que había marcado el arranque.
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La banda uruguaya festejó en Mendoza.
Nicolas Ríos
La nostalgia de los inicios de La Vela Puerca y canciones del último disco
La noche encontró su ritmo en los momentos más íntimos con "Clarobscuro", "Buenas Mascotas", "Polidoro" y "Los Reyes", antes de retomar el pulso acelerado con "Va a Escampar", "No sé" (una de las joyas de "Discopático", su último disco de 2022), "Por Dentro" y "Común Cangrejo".
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La Vela Puerca desplegó la potencia de su música en una noche mendocina muy fría.
Nicolas Ríos
"Para no verme más" marcó una pausa estratégica en el cuarto segmento, bajando las revoluciones solo lo necesario para que "Ves" -otro de los clásicos indiscutibles- las volviera a encender. La tregua al pogo duró lo justo: "Todo el Karma", "Pedro", "Mañana" y "Colabore".
"Mi semilla" inició el ritual velero: todos los fanáticos sentados en el piso para escuchar el relato hecho canción de la germinación de una planta, luego, a mitad de canción, cuando el vegetal crece el Bustelo se puso de pie de nuevo. Siguió, bien arriba, "Vuelan palos", "Zafar", "Por la ciudad" y "Llenos de magia".
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La banda continuará su gira musical por varios países.
Nicolas Ríos
Cuando la banda agradeció sus 30 años llenos de magia, el público respondió con la exigencia de "¡una más!". Era el momento perfecto para la historia de José: ese personaje que se enamora, pierde, se entrega a la angustia del amor no correspondido y finalmente encuentra la alegría. En esa canción final se condensó todo lo que los ocho discos de La Vela Puerca han transmitido durante tres décadas: la vida en todas sus contradicciones.
Treinta años después, la fórmula sigue intacta con canciones que trascienden generaciones (el público no distinguió edades), una conexión visceral con los fanáticos y la certeza de que el rock uruguayo tiene, en La Vela Puerca, a sus mejores embajadores.
