Sin embargo, la hiedra también puede traer consigo una serie de complicaciones que es importante considerar antes de incorporarla a tu hogar.
En primer lugar, su follaje espeso y su capacidad para retener humedad pueden atraer especies no deseadas que afectan el entorno del hogar a través de la presencia de distintas plagas.
Pero el problema mayor se da debido a su rápido crecimiento, ya que la hiedra puede ser una planta extremadamente invasiva.
Como es capaz de adherirse a superficies como paredes, ladrillos y techos. Sus raíces aéreas pueden penetrar en grietas y fisuras preexistentes, agravando el deterioro de las paredes y dañando la apariencia de tu jardín.
Además, si la hiedra crece sin control, puede invadir ventanas, canaletas y tejados, dificultando el mantenimiento de la vivienda y aumentando el riesgo de filtraciones de agua.
Por último, y no menos importante, la savia de esta planta puede causar reacciones alérgicas en algunas personas. Por ello, es importante tomar precauciones al manipularla.
Si bien esta planta puede ser una opción estética y funcional para jardines y fachadas, es fundamental conocer sus posibles complicaciones antes de incorporarla al hogar.
La importancia de la poda
Si tienes una hiedra en tu jardín y no quieres eliminarla, debes saber que la poda es fundamental para evitar este tipo de problemas.
Es recomendable establecer un plan de poda y monitoreo frecuente. Según los expertos, esta planta debe ser podada en verano para mantenerla fuerte, compacta y densa.