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¡No lo sabía!

La extraña frase de la filosofía: ¿qué significa "El infierno son los demás"?

Este aforismo de la filosofía fue acuñado por el filósofo francés Jean-Paul Sartre, el padre del existencialismo. Pero, ¿qué significa? ¿Qué dice sobre nuestra relación con los demás?

Francois Loubiere
Por Francois Loubiere
El filósofo francés Jean-Paul Sartre.

El filósofo francés Jean-Paul Sartre.

“El infierno son los demás”. En francés, “L'enfer, c'est les autres”, es una cita de la obra Huis Clos, publicada en 1944. Esta frase de la filosofía de Sartre se presta a malas interpretaciones. Podría interpretarse como una descripción de las relaciones insoportables e infernales con los demás, incluso entenderse como una simple modulación de la también célebre frase de Thomas Hobbes “el hombre es un lobo para el hombre”. Sin embargo, lo que Sartre describe no es una guerra de todos contra todos, sino un drama interior de la conciencia, a través del cual ésta se descubre expuesta a la mirada de los demás, e incluso dependiente de ella.

Para entender el aforismo famoso de la filosofía, hay que remontarse a lo que dice el personaje Garcin al final de Huis clos : “Todas esas miradas que me corroen. [...] No hace falta una parrilla, el infierno son los demás”. En otras palabras, el infierno no consiste en la tortura física, sino en no poder escapar nunca al juicio de los demás.

En la historia de la filosofía, el Cogito ergo sum (pienso, luego existo) de Descartes, nos introdujo en la idea de una conciencia solitaria, soberana e impenetrable. Este solipsismo, si existiera, sería una especie de paraíso, pero el otro está siempre presente cuando pienso en mí mismo, porque lo necesito para tomar conciencia de mi existencia, de mi humanidad, y conocerme. Por tanto, el otro tiene poder sobre mí.

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El sentido que los demás me dan desde el exterior, que no corresponde necesariamente a la existencia que quiero darme a mí mismo, me aplasta. El infierno, pues, es descubrir que somos una conciencia sin interior, privada de sus secretos.

Sin embargo, para el ateo Sartre, ¿qué representaba el infierno? La experiencia de la vergüenza nos da un anticipo. Imaginemos -dice Sartre- que me sorprenden mirando por el ojo de una cerradura a un grupo de personas que mantienen una conversación tranquila. Es la irrupción de otra persona lo que da sentido a mi acto. La vergüenza es vergüenza de uno mismo, pero ante los demás.

La consecuencia es que “el infierno son los demás” sólo si mis relaciones con los demás son problemáticas. En la vida cotidiana, el infierno no son necesariamente otras personas. Sigo necesitándolas para definirme. Lo que significa que no hay que huir de otras personas, pero sí distanciarse de ciertas relaciones que me encierran en una identidad que no me gusta y que me perjudica.

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Qué dice Sartre sobre esta frase famosa de la filosofía

El propio Sartre lo explicaba en 1973, en Un théâtre de situations: “Quiero decir qué si las relaciones con los demás están torcidas, viciadas, entonces el otro sólo puede ser el infierno. ¿Y por qué? Porque los demás son en el fondo lo más importante de nosotros mismos, para nuestro propio autoconocimiento [...] Diga lo que diga de mí mismo, el juicio de los demás siempre entra en ello. Cualquier cosa que sienta en mí mismo, el juicio de los demás entra en ello. Lo que significa qué si mis relaciones son malas, me hago totalmente dependiente de los demás. Y entonces, efectivamente, estoy en el infierno”.

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