Es la obra más importante de los últimos años y, hasta que no se hagan las terceras trochas de los accesos Este y Sur, lo seguirá siendo. Aunque con tachos y trabajadores ultimando detalles, el segundo tramo de la Ruta 82 ya está transitable y a su alrededor empiezan a asomar construcciones imponentes, que se valorizarán aún más gracias a la conectividad.
La nueva Ruta 82, aún en obra pero ya transitable.
Fotos: Martín PravataYa la primera etapa de la ruta; la que va desde calle Juan José Paso hasta la rotonda de los caracoles de Chacras de Coria, le cambió la cara a la zona. Allí, se levantó lo que Luján de Cuyo llama la “isla” empresarial y tecnológica, con la instalación de construcciones en altura como Chacras Park o Alma Chacras.
Ahora, el impacto fuerte se verá desde aquella rotonda hasta Gobernador Ortiz, donde resiste Olimpo, uno de los últimos boliches de la zona.
Hoteles de lujo, canchas de paddle, locales comerciales y gastronómicos y hasta un “pueblo” se construyen a los costados de la nueva Panamericana.
Más al Sur, la tercera etapa de la ruta seguirá haciendo rabiar a los vecinos por lo menos hasta mediados del año que viene. En el mientras tanto, ya se trabaja para cambiarle el perfil al tramo que llega hasta Cacheuta.
Turismo, comercio, gastronomía y deporte se suman al perfil residencial de la Ruta 82
La nueva Ruta 82, en sus tres etapas, atraviesa seis distritos de Luján de Cuyo: la “isla”, Chacras, Vistalba, Vertientes del Pedemonte, Las Compuertas, y Cacheuta.
El impacto será enorme, reconocen desde la Municipalidad; aunque también advierten que las realidades de cada uno de esos distritos son diferentes y, por tanto, la marca que les dejará la Panamericana, será dispar.
Entre la cancha de Chacras y la bajada a Guardia Vieja no se esperan –por ahora- nuevos barrios privados como los que supieron levantarse en su momento tanto del lado Este como del lado Oeste de la ruta, pero sí se advierte mucho desarrollo comercial y de servicios, que es lo que escasea en una zona que se volvió muy poblada.
Es por allí donde aparecen megaproyectos como El Borgo, de Nicolás Armentano; o El Esquiador, de la familia Pimentel.
El primero se presenta como una micrópolis de 4 hectáreas incrustada en el piedemonte, hacia un costado del colegio San Jorge. Incluye desde departamentos hasta un hotel de lujo Autograph Collection, de la cadena internacional Marriott; pasando por locales comerciales, un mercado y restaurantes. Todo, con estilo de pueblo italiano.
Junto a Armentano Desarrollos Inmobiliarios, encabezan el proyecto el estudio de arquitectura Bórmida y Yanzón, la empresa constructora Monteverdi y el paisajista Eduardo Vera.
El Esquiador está un poco más al Sur, pero del costado de la Ruta 82 que da al Este. Entre el salón de eventos Desert y el obrador de la empresa Paolini que lleva a cabo la obra vial. Justo frente a la YPF Panamericana.
Constanza Pimentel presentó el proyecto a Diario UNO. Su familia, con raíces bodegueras en Mendoza, adquirió las 6 hectáreas en 2023, cuando la obra era caótica para la zona.
Si los tiempos de obra acompañan, para fines de este mismo año o inicios del 2026 ya estarán abiertas las puertas de un club de paddle, con 8 canchas descubiertas y techadas, y un gimnasio de 1.200 m2.
Para más adelante proyectan un strip center con locales comerciales y subsuelo; un parador con terraza y locales gastronómicos con vista al valle Este. Todo, dentro del entorno natural que ofrece la zona.
El masterplan inicial incluía también hotelería pero el plan de inversión cambió a partir de los vaivenes de la economía y la caída del turismo en Mendoza.
En contraste con este crecimiento inmobiliario, que apunta más a lo comercial y a lo turístico, en Vertientes del Piedemonte el auge ya pasó. Si bien la Ruta 82 aportará una conectividad antes compleja, lo que no acompañó ese boom, desordenado y por momentos caótico, fueron obras básicas para zonas residenciales como escuelas, comisarías o centros de salud.
Ya más hacia el Sur, pasando el cruce de Guardia Vieja, lo que se busca es una especie de refresh de estilo cuidando, a su vez, que no se transforme en otro Vertientes del Piedemonte.
Es que la compra de lotes a costos por debajo de lo formal su “mudó” para aquella zona, la que se ve afectada por la tercera etapa de la obra de la Ruta 82, la que va entre Gobernador Ortiz y Cacheuta.
“Ese crecimiento inmobiliario es el que vemos con sigilo”, dice el intendente Esteban Allasino al ser consultado por Diario UNO. “Estamos reorganizando normativa porque hay una presión inmobiliaria –inevitable- de la clase media que compra terrenos por debajo del valor formal y sin servicios”, dijo.
El plan de Luján es “acompañarlos con el POT (plan de ordenamiento territorial) más incentivos al desarrollo local del turismo para que sirva como motor”. Una especie de sistema de premios y castigo buscando que se consolide la propuesta gastronómica y turística en ese sector.
En concreto, lo que la Municipalidad de Luján de Cuyo busca en esta zona (la de los ex boliches), es que alrededor de la Ruta 82 se instalen más complejos de cabañas, cafetería, gastronomía y servicios para el turista o el mendocino que pasea por el paisaje montañoso.