El truco casero de burlete para la puerta: práctico y reciclable
Burlete en puerta
Un burlete es una tira de material flexible diseñada para sellar huecos y evitar que entre aire, polvo o incluso ruido por ventanas y puertas
Crear un burlete casero con tela es una opción fácil, ecológica y muy económica. Puedes reutilizar ropa vieja, toallas o retazos de tela, y transformarlos en una barrera efectiva contra el frío. Para ello necesitarás:
- Una tela resistente (jean, gabardina, lona o similar)
- Relleno (puede ser guata, vellón, arroz, arena, retazos de tela o hasta bolsas plásticas)
- Hilo y aguja o máquina de coser
- Tijeras
- Cinta métrica
Paso a paso para hacer tu burlete casero
1. Medí la puerta: Con una cinta métrica, toma el ancho de la parte inferior de la puerta que quieres proteger. A esa medida súmale unos 2 o 3 centímetros más para el margen de costura.
2. Cortá la tela: Ahora corta un rectángulo de tela de aproximadamente 15 cm de ancho y la longitud que hayas medido. Si la puerta tiene más de un metro, podés unir varios retazos para lograr el largo deseado.
3. Cose el tubo: El tercer paso es doblar la tela a lo largo, con el lado del revés hacia afuera, y cose los bordes formando un tubo. Deja uno de los extremos abiertos para poder rellenarlo.
Burlete de tela en la puerta (1)
Con tela reciclada y algunos materiales podrás crear uno propio
4. Rellenalo: Dale vuelta al tubo para que la costura quede por dentro. Luego, rellénalo con el material elegido. Si usas arroz o arena, el burlete será más pesado y se mantendrá mejor en su lugar.
5. Cerrá el extremo: Una vez lleno, cose el extremo abierto con puntadas firmes para que no se escape el relleno. Si quieres un burlete más efectivo, podés hacer un diseño doble, es decir, con dos tubos unidos por el centro, que se deslizan por debajo de la puerta, tal como el de la foto de portada de esta nota. De esta forma, el burlete queda fijo y aísla por ambos lados.
Beneficios de crear y usar burletes caseros
- Ahorro energético: conservan el calor y reducen el uso de calefacción.
- Menos polvo y suciedad: evitan que el aire exterior arrastre partículas al interior.
- Menos ruido: ayudan a insonorizar ambientes.
- Ecológicos y reciclables: podés hacerlos con materiales que ya tenés.
- Personalizables: elegí telas con diseños que combinen con tu decoración