Desde el asesinato de Sergio Acaya, el 4 de octubre del 2011, se registraron diversos hechos de violencia. A partir de esa fecha hubo 12 enfrentamientos con heridos con armas de fuego 

Otro joven terminó herido en una pelea dirimida a los tiros

El viernes al mediodía un nuevo hecho de sangre conmocionó a los vecinos del barrio El Molino.

Esta vez no se trató de un enfrentamiento entre familias y tampoco estuvo involucrado el Pañalín, un menor de 15 años que ha protagonizado varios hechos de violencia en el barrio. Se trató de una pelea entre dos jóvenes que terminó a los tiros después, según fuentes relacionadas al caso, de que la víctima fuera a buscar “fana” al domicilio del agresor.

Aparentemente Leonardo Rodríguez (22) fue hasta la casa de su victimario y allí, después de una discusión, fue baleado en el tórax y en el abdomen.

Luego la policía detuvo al agresor y le secuestró un revólver calibre 22 y tres vainas servidas.

El hecho es uno más de una cadena de actos violentos que se repiten con mayor frecuencia desde el asesinato de Sergio Acaya, ocurrido el 4 de octubre del 2011.

A partir del homicidio se sucedieron 12 enfrentamientos más entre individuos que se domicilian en el barrio.

En tres de estos hechos participó un menor de 15 años apodado el Pañalín, que todavía no pudo ser capturado.

Este fin de semana se ordenaron varios allanamientos y se secuestraron armas y otros elementos que no se pudieron justificar. En los procedimientos se detuvo a dos personas.

Niegan un enfrentamiento

entre bandas

El incremento de la violencia disparó las alarmas en la Justicia y en la policía locales.

Algunas versiones que circularon por los medios indicaban que “existía un enfrentamiento entre bandas o familias que se disputaban el poder en el barrio”.

Otras versiones en cambio afirmaron que la pelea entre familias nació por un problema “de polleras y celos”.

Al respecto el jefe de la Departamental, Jaime Correa, negó “que se trate de un enfrentamiento entre bandas “y afirmó que “aquí todos se pelean contra todos, incluso entre amigos”.

Y agregó que “a veces la comunidad cree que la policía no está haciendo nada, pero tienen que saber que antes de ordenar un allanamiento se realiza un trabajo de inteligencia minucioso para determinar dónde se esconden las armas y los presuntos delincuentes”.

Asimismo, señaló que “muchas veces tenemos trabas en estos allanamientos porque algunos vecinos esconden a los sospechosos”

El caso más notorio para Correa es lo que sucede con el Pañalín y añadió que “cada vez que realizamos un procedimiento la gente lo esconde y no lo podemos atrapar”.

Cada operativo que se realiza en El Molino involucra a más de 40 efectivos y en estos últimos meses, según Correa, se han realizado varios”.

La solución para este problema, según el jefe de la Departamental de Policía, está en un trabajo serio que todos los sectores del Estado deben encarar para recuperar a los jóvenes de la droga.

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Barrio El Molino. Varios delincuentes que lo frecuentan están en la mira de la Justicia que ordenó allanamie.ntos.
Barrio El Molino. Varios delincuentes que lo frecuentan están en la mira de la Justicia que ordenó allanamie.ntos.