Opinión

Juan Román Riquelme: ¿Por qué el máximo ídolo y presidente de Boca Juniors es descarnadamente criticado?

En su ahora rol de presidente de Boca Juniors, Riquelme recibe infinitas y descarnadas críticas. ¿Por qué a Román se le cuentan todas las costillas?

En su rol de dirigente, y ahora presidente del Club Atlético Boca Juniors, Juan Román Riquelme es el centro de todas las críticas, en su gran mayoría malintencionadas, tendenciosas y de todo tipo.

Boca es el club más popular de este bendito país y en consecuencia parece que esta realidad habilita a que cualquier hincha, simpatizante, fanático, caminante de a pie, político o hasta periodista del espectáculo, a que opine sobre su capacidad como máximo dirigente del club de la Ribera.

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Juan Román Riquelme: ¿Por qué el máximo ídolo y presidente de Boca Juniors es descarnadamente criticado?

Juan Román Riquelme: ¿Por qué el máximo ídolo y presidente de Boca Juniors es descarnadamente criticado?

Todos hablan de Boca. Todo el mundo habla de Boca. Todos hablan de Riquelme.

Desde que Román decidió meterse en las venas profundas de la política de Boca, ha estado bajo la lupa estricta del mundo futbolero. En ese mismo instante, el hincha fanático de Boca, el futbolero común, examina qué es bueno o no para los intereses del Xeneize.

Sin subestimar a toda esta comunidad mencionada, todos son directamente influenciados por la poderosísima maquinaria del mundo deportivo, con todos sus medios de comunicación, en todos sus formatos, antiguos y modernos en todas sus plataformas.

Todos operan a cada minuto, hora o día sobre las cabezas de millones de hinchas que laten y sufren por su querido Boca.

Se escriben miles de líneas, horas de programas de televisión, aire o cable -en su gran mayoría-, de streaming, y en todas las redes sociales habidas y por haber, sobre el andar y las decisiones que Riquelme toma.

Todas las estrellas, y de las otras, del periodismo deportivo, le apunta al otrora diez boquense por sus decisiones. Ahora bien, ¿está mal criticar a Riquelme? No. ¿Acaso no se puede decir o marcarle los defectos del máximo ídolo de Boca? Claro que sí.

Riquelme ha demostrado que tiene innumerables de errores en su rol de dirigente. Y los seguirá teniendo. Pero ahora la pelota no la tiene él, sus indescifrables gambetas con las que guio al club hasta la gloria máxima, quedaron grabadas a fuego en el corazón y memoria de todos los hinchas de Boca, pero ahora la pelotita la manejan otros.

Y claro está, no lo están haciendo muy bien.

Pero hay un dato no menor de las críticas descarnadas que a diario recibe el volante surgido en la cantera de Argentinos Juniors, algo que el poder oculto y oscuro jamás le va a perdonar; que es haberle ganado las elecciones a Hubo Ibarra, delfín directo de Mauricio Macri.

Haber vencido, y por paliza, a los delfines de Mauricio Macri, no es gratis. Todos sus amigos y afines a su política, no tienen piedad a la hora de contarle las costillas a Riquelme. Y lo hacen con o sin razón. Y son muchos.

El que crea o piense, por razón, omisión o inocencia, que la política no influye en el mundo del fútbol, desconoce la realidad de este bendito país.

Las críticas son descarnadas. No existe piedad ni objetividad, a Riquelme se le cuestiona todo, hasta la marca de yerba del mate que toma.

No existen dudas ni debates que el ex presidente de Boca, y también de Argentina, marcó toda una época, quizás la más gloriosa de su rica historia. El ex presidente de la Nación presidió al club Xeneize entre 1995 y 2007, durante su gestión, Boca engordó sus flacas vitrinas hasta es momento, ganando casi todo lo que jugó.

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Juan Román Riquelme: ¿Por qué el máximo ídolo y presidente de Boca Juniors es descarnadamente criticado?

Juan Román Riquelme: ¿Por qué el máximo ídolo y presidente de Boca Juniors es descarnadamente criticado?

A partir de 1998 y con la llegada de Carlos Bianchi, el club ganó el bicampeonato, Apertura 1998 y el Clausura 1999, los primeros dos títulos de su gestión.

A partir del 2000, cosechó 14 títulos más: 4 Copas Libertadores (2000, 2001, 2003 y 2007), 2 Copas Intercontinentales (2000 y 2003), 2 Copas Sudamericanas (2004 y 2005), 2 Recopas Sudamericanas (2005 y 2006) y 4 torneos locales (Apertura 2000, 2003, 2005 y Clausura 2006).

Con la suma de 16 trofeos, superó la marca histórica que ostentaba Alberto J. Armando, que tenía 12 y se convirtió en el presidente más ganador de la historia de Boca.

Pero Macri usó de trampolín a Boca y llegó a la presidencia del país. Sus "delegados" con Daniel Angelici como principal sucesor, no pudieron repetir ni siquiera un ápice de esta abundante y abrumadora cosecha.

Los resultados deportivos se vieron sensiblemente afectados, con escándalos deportivos incluidos, como por ejemplo, el incidente del gas pimienta. Pero lo que terminó eyectando al Tano Angelici, fue la dolorosa derrota en Madrid ante el eterno rival.

Aquí Boca sangraba y por eso Riquelme tomó la decisión de inmiscuirse en el "patio de su casa", como a él le gusta llamar a La Bombonera.

Primero se sumó a la gestión de Amor Ameal. No le fue mal. Ganó seis títulos como vice presidente segundo. Pero ahora en su rol de presidente, los resultados deportivos no aparecen, la sequía desespera al hincha de Boca, que comienza a dudar sobre las capacidades del crack xeneize.

Boca no da en el clavo con los técnicos, desfilaron 6 DT; Miguel Russo, Sebastián Battaglia, Hubo Ibarra, Jorge Almirón, Diego Martínez, Fernando Gago y ahora en su tercer ciclo, Miguelo Russo. En el medio tres interinatos de Mariano Herrón.

Con la previsible eliminación del Mundial de Clubes, Juan Román Riquelme volvió a ser el centro de este huracán llamado mundo Boca.

Lo dicho; nadie está diciendo que no se lo pueda criticar, pero ojo, detrás de las sangrientas y descarnadas críticas, siempre hay un poder poderoso, oscuro y oculto.

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