Yo no puedo ir; yo tampoco
La vigilia del 9 de julio en Tucumán con gobernadores organizada por Javier Milei se fue desinflando como un globo desde el fin de semana. "A la Nación tiene que irle bien, pero con las provincias incluidas", había dicho el designado anfitrión, Osvaldo Jaldo, como marcando la cancha durante un cónclave en el Consejo Federal de Inversiones. Léase: sin los gobernadores, Milei no podrá gobernar.
Es la plata de las provincias, Milei.
Sin embargo, el libertario insistió con repetir la foto del consenso de un año atrás, cuando en julio se firmó el pomposamente denominado "Pacto de Mayo".
Entonces, los avisos de los que no irían se multiplicaron con rapidez, como quienes se bajan de un asado con amigos por razones de "fuerza mayor". Léase: si voy, en casa se me arma.
"Yo estaré de gira en Estados Unidos", advirtió Maxi Pullaro, el cordobés.
"Tengo la agenda patria armada en Mendoza y todo no se puede", justificó el mendocino Alfredo Cornejo esgrimiendo la imposibilidad humana de estar en dos lugares a la vez.
Alfredo Cornejo
Agenda del 9 de julio armada, justificó Alfredo Cornejo. Imagen ilustrativa.
"No hay vuelos directos a Tucumán", alegó otro mandatario de provincia.
Claudio Poggi, de San Luis, dijo que no viaja en avión y que ir a Tucumán en auto le impediría llegar a tiempo.
¿Justificaciones atendibles? Ponéle.
¿Señales concretas de que así no, Milei? Compro.
De yapa, el martes -horas antes de la casi resuelta encrucijada ir o no ir a Tucumán- los gobernadores amanecieron con más noticias de que la motosierra de Milei está a full.
Entonces, ¿con qué cara habrían ido los gobernadores a darle el espaldarazo político mientras en sus provincias -incluida Mendoza- hay polémica e incertidumbre por la disolución de la Dirección Nacional de Vialidad, entre otras reparticiones?
No me lo imaginaba a Cornejo posando para la imagen de unidad mientras en Mendoza se discuten los alcances de la reestructuración del INV, organismo clave para la producción, la calidad y la comercialización del vino, producto insignia de la región.
La niebla parece haberle hecho precio a Javier Milei.
Parece haberlo salvado de un fiasco, de un fallido acaso sin retorno a pocos meses de las elecciones, esa obsesión libertaria indispensable para seguir edificando poder.
"Pero sin los gobernadores, no", había avisado el tucumano Jaldo por cuenta propia y ajena.
Y los que avisan, como dice el viejo dicho, no traicionan.