La onda del tsunami, que nace del choque sísmico de la masa oceánica que va de arriba haciaabajo, tiene un espesor de varios cientos de metros y va ganando energía cada vez que impacta elfondo submarino. La velocidad de propagación en el mar de un tsunami o maremoto es de más o menos 800 km/h.Masas de agua gigantes bajan rodando por el relieve marino, a diferencia de las olas ordinarias quesólo afectan la superficie del agua. Una ola que se propaga por el mar pierde muy poco de su energía. Por lo tanto, puede alcanzar distancias considerables y destruir costas situadas a miles dekilómetros del lugar en donde se inició. En 1960, un terremoto en Chile de magnitud 9,5 grados provocó un maremoto devastador quealcanzó las costas de Japón. Cuando en las cercanías de la costa el fondo es elevado, la velocidadde la ola disminuye, pero genera un aumento de su altura, pudiendo alcanzar hasta 20 metros. Los principales países ribereños del Pacífico intercambian sus observaciones para advertirlos peligros de esas olas oceánicas. Dichas informaciones son coordinadas en un centro de alerta enHawai (Estados Unidos). Si bien la mayoría de los tsunamis se producen después de un sismo, existen otros orígenesposibles, según el geofísico y especialista francés de los tsunamis Emile A. Okal, como lasavalanchas submarinas, provocadas a veces por sismos como en Papuasia-Nueva Guinea en 1998 (2.000muertos), la explosión de un volcán, como en Krakatoa, pequeña isla entre Java y Sumatra (36.400muertos en 1883), o la caída en el mar de un asteroide. Otros pequeños maremotos pueden ser provocados por fenómenos meteorológicos, en particularrepentinos e importantes cambios térmicos que provocan depresiones y que generan a su vez violentosvientos. El 26 de diciembre de 2004, las costas de una decena de países de Asia fueron afectadas porun tsunami que provocó 220.000 muertos.