Al terminar la competición, la empresa Outdoor Adventures Whistler habría decidido matar aestos animales, en perfecto estado de salud, al no resultarles ya rentables al caer la demanda decontrataciones. Un empleado de la compañía ha reconocido que le ordenaron ejecutar a decenas de perros, entreel 21 y el 23 de abril del pasado año, cuando el negocio disminuyó y los procesos de adopciónfallaron. Los perros fueron asesinados uno a uno con un fusil y un cuchillo, por lo que la empresadecidió compensar a los empleados . El trabajador que ha reconocido los hechos reclama a lacompañía una indemnización por los traumas que sufre. Además, ha asegurado que los perros eran enterrados en una fosa común y que, en algunasocasiones, todavía estaban vivos al hacerlo. La legislación canadiense recoge que estos hechos pueden ser considerados como un delitocriminal por lo que la Policía ha abierto una investigación.