Explicaron que los niveles son "muy por debajo" de los que harían saltar las alarmas de la salud pública, y de hecho se hallaron en otros sitios de los Estados Unidos, tras el terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo. "Las pruebas más recientes detectaron niveles extremadamente bajos de radiactividad en el aire. Usamos equipos sofisticados que pueden detectar cantidades diminutas de radiación", manifestaron, además.
"Nueva York sigue contando con un suministro de agua potable totalmente seguro", aseguraron a los ciudadanos y les recomendaron que "no hay por qué tomar ninguna medida ante las emisiones radiactivas de las plantas nucleares de Japón".
La secretaría de Salud seguirá estudiando con pruebas el aire, el agua, los sedimentos, la leche y el pescado: "En base a nuestras pruebas hasta el momento, afirmamos que lo detectado en Nueva York está en la línea de los niveles encontrados en otros estados de la nación. No hay peligro para la salud pública", comunicaron. "Cuando llueve o nieva, algunas de esas partículas radiactivas pueden alcanzar el suelo, pero la suma de las partículas radiactivas en las precipitaciones es diminuta y no suele afectar al terreno o la calidad del agua potable", concluyeron.