El Curiosity encontró una rara piedra en su camino. Con una inusual forma piramidal y del tamaño de un balón de rugby, será la primera que analizará el brazo robótico del rover.

 

Extraño hallazgo en Marte

Por UNO

El Curiosity, el rover de la NASA que llegó a Marte el pasado agosto, ha encontrado en su camino una roca de forma piramidal y más o menos del tamaño de un balón de rugby que se convertirá en el primer elemento que examinará su brazo robótico.

Solo 2,5 metros separan al vehículo explorador de su objetivo. La roca ha sido nombrada «Jake Matijevic» en recuerdo de Jacob Matijevic, un veterano ingeniero jefe de la misión que falleció el 20 de agosto, pocos días después de que el Curiosity aterrizara en el Planeta rojo. A la NASA le ha llamado la atención por su forma inusual.

La extraña roca, de 25 cm de altura por 40 cm de anchura en su base, se convertirá en la primera que analizarán los instrumentos del brazo del rover de forma cruzada, para comparar sus resultados. En los próximos días, el equipo planea tocar la roca con un espectrómetro para determinar su composición elemental y utilizar la cámara montada en el brazo robótico para sacar fotografías en primer plano.

El Curiosity se encuentra ahora a mitad de camino desde su lugar de aterrizaje, llamado Bradbury, a su destino, un punto que ha sido denominado como Glenelg. Lleva seis días de viaje. Las distancias que recorre diariamente no parecen muy rápidas, de 22 metros a 37 metros, pero sus responsables están más que satisfechos. «Este robot fue construido para deambular, y el equipo está conseguiendo un buen ritmo de conducción día tras día cuando esa es la prioridad», asegura el director del proyecto Mars Science Laboratory, Richard Cook, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California.