"Plan Social es un juego implacable que despertará los instintos depredadores y la crueldadintrínseca" del jugador, afirma con un tono irónico el fabricante del juego, Arplay, en su páginaweb. La baraja se compone de 52 cartas representativas de trabajadores de seis sectores deactividad económica, y con un número de puntos determinado en función de su escalafón profesional. Despedir a un directivo otorga así mayores calificaciones para el jugador que a un obrero,mientras que las categorías llamadas "protegidas", como las trabajadoras embarazadas o losdelegados sindicales, se encuentran entre las más cotizadas. Según las reglas del juego, cada participante recibe siete cartas, y el primero que logradeshacerse de todos los empleados completa su 'Plan Social' nombre para referirse a despidoscolectivos equivalentes a los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) españoles, explicó a EFE elfabricante del juego, Stéphane Daniel. Daniel puntualizó que 2.000 unidades de la nueva tirada ya fueron reservadas por loscomercios, y afirmó que recibió ofertas de distribuidores de Canadá y Suiza, así como de unaeditorial española, para comercializar el juego en estos países. Desde los sindicatos, el secretario confederal de la Confederación General del Trabajo (CGT,primera central francesa), Maurad Rhabi, opinó que se trata da "un juego macabro en el que sebromea con la situación dramática de miles de trabajadores". "¿Hasta dónde llega el juego y dónde comienza la realidad?", se preguntó el líder sindical, que alertó de la "banalización" de los despidos.