El ministro de Sanidad confirmó trece fallecidos y 1.200 heridos, después de los enfrentamientos de los últimos dos días. Por su parte, el vicepresidente Suleimán prometió diálogo con la oposición, pero sigue la represión en manos de los partidarios de Mu

El conflicto se mantiene en Egipto, donde aumentan sistemáticamente los muertos y heridos

Por UNO

La tensión y la violencia en Egipto se mantienen a casi una semana del inicio de las protestas porla renuncia de Hosni Mubarak, de 82 años, y presidente desde hace 30.

El punto máximo de conflicto se vivió este miércoles y jueves, cuando partidarios del

presidente atacaron con bombas molotov a los detractores.

Entre los ataques de los últimos dos días se contabilizan 13 muertos y 1.200 heridos, según

cifras del ministerio de Sanidad, mientras que una cadena de televisión local contaba 1.500

heridos.

Por su perte, el vicepresidente Oman Suleimán prometió diálogo con la oposición, pero

continuó reprimiendo, al tiempo que desliga al Gobierno de las responsabilidad de los actos

vandálicos y muertes. Los grupos pro-Mubarak cercaron los hoteles de la prensa, mientras continúan

los ataques con los medios de comunicación.

La plaza de la Liberación es el centro neurálgico de los enfrentamientos, y los detractores

de Mubarak se mueven por la ciudad con un único objetivo: silenciar cualquier voz discordante con

el régimen.

El vicepresidente ha avisado que "si continúan las protestas, el país estará paralizado", por

lo que un tercio de los ingresos del país se verán afectados. Además, se ha mostrado inflexible

ante las presiones internacionales y ha recalcado que "es inaceptable" que países extranjeros se

entremetan en sus "asuntos internos". Aunque no ha permitido ninguna injerencia internacional, el

vicepresidente sí ha prometido diálogo con la oposición.

Suleiman ha asegurado que Mubarak cumplirá con su palabra y abandonará el poder en septiembre

tras las elecciones presidenciales, a las que tampoco se presentará su hijo Gamal, y ha apremiado a

todos los grupos políticos a que participen en el diálogo con el Gobierno para llevar a cabo las

reformas necesarias.

Suleiman ha subrayado que Mubarak ya ha cumplido las "demandas legítimas" formuladas por los

egipcios y ha insistido en la idea de que no se presentará a su reelección en septiembre. "Tampoco

ningún miembro de su familia se presentará", ha recalcado. Según el ex jefe de los servicios de

Inteligencia, los que piden la dimisión del presidente quieren el "caos", porque no puede haber "un

estado sin cabeza".

"Quedan 200 días para las elecciones", ha recordado el vicepresidente, y por tanto, antes de

que llegue ese momento es necesario llevar a cabo "una serie de reformas constitucionales y

judiciales que necesitan tiempo". Suleiman ha hecho mucho hincapié en la premura del tiempo, y ha

descartado que se vayan a disolver las dos cámaras del Parlamento, ya que eso impediría sacar

adelante las reformas constitucionales necesarias, sobre todo las relativas al cargo de presidente.

Los extranjeros, en el punto de mira

Mientras el Gobierno egipcio trata de convencer a la opinión general de que trata de

recuperar la paz y el orden en el país, EE UU ha denunciado que existe una campaña orquestada por

parte del Ejecutivo para callar a los periodistas y a las voces extranjeras. Ayer, los reporteros

internacionales sufrieron el acoso de los partidarios de Mubarak, con permanentes agresiones cuando

trataban de moverse por la plaza.

Amnistía Internacional ha denunciado la detención de uno de sus representantes y otros

defensores de los derechos humanos después de que la policía militar asumiese el control del centro

Hisham Mubarak.