La empresa Tesla recibió la orden de reemplazar las unidades de control central en aproximadamente 4 millones de vehículos vendidos en Estados Unidos, tras perder una demanda colectiva que la acusa de ocultar defectos en sus sistemas de computadoras a bordo. Esta decisión judicial representa un golpe financiero considerable.
Elon Musk, preocupado por el futuro de Tesla.
Propietarios de diversos modelos denunciaron fallos recurrentes en las pantallas táctiles y los sistemas de infoentretenimiento, elementos esenciales que controlan funciones críticas del auto. La obsolescencia prematura de estas computadoras generó problemas de seguridad, incluyendo la imposibilidad de usar cámaras traseras o visualizar alertas importantes durante la conducción.
Problemas técnicos para Tesla
La demanda colectiva revela que las computadoras instaladas en vehículos fabricados entre 2012 y 2018 utilizan memoria flash NAND que se desgasta rápidamente con el uso cotidiano. "Cada vez que escribes y borras datos en este tipo de memoria, reduces gradualmente su vida útil", explicó Sarah Martínez, ingeniera especializada en sistemas de automoción, quien testificó durante el juicio.
Usuarios reportaron fallas graves tras aproximadamente cinco años de uso regular, mucho antes de lo esperado para un vehículo de gama alta. Las computadoras centrales conocidas como MCU (Media Control Unit) dejaron de responder durante la conducción, bloquearon funciones esenciales como la climatización, y en algunos casos extremos, impidieron la conexión del auto con los supercargadores de Tesla.
Elon Musk inicialmente minimizó estos inconvenientes en redes sociales, comparándolos con "la necesidad ocasional de reiniciar un smartphone". Sin embargo, el tribunal determinó que la compañía conocía estas limitaciones técnicas desde el diseño del producto y deliberadamente ocultó información relevante a compradores potenciales.
La resolución judicial establece que Tesla debe ofrecer dos opciones: reemplazar gratuitamente las unidades defectuosas con hardware mejorado o proporcionar una compensación económica de aproximadamente $1,800 dólares por vehículo afectado. Esta segunda opción reduciría el impacto financiero para la empresa pero resultaría insatisfactoria para muchos propietarios.
Impacto financiero
Analistas financieros estiman que esta sentencia impactará negativamente en los resultados trimestrales de Tesla. "Con un costo aproximado de $2,500 dólares por reemplazo de computadoras, hablamos de un potencial desembolso que superaría los diez mil millones si todos los afectados solicitan la reparación", afirmó Carlos Mendoza, analista de la firma Blackrock.
Las acciones de Tesla cayeron un 8% tras conocerse la noticia, reflejando la preocupación de inversores ante este nuevo obstáculo para la compañía que ya enfrenta una competencia creciente en el mercado de vehículos eléctricos. El departamento legal de la empresa confirmó que evaluará posibles apelaciones, aunque expertos consideran improbable que consigan revertir completamente la sentencia.
Esta controversia llega en un momento complicado para Elon Musk, quien divide su atención entre múltiples empresas mientras Tesla lucha por mantener su liderazgo en innovación. La calidad y durabilidad de los componentes electrónicos en sus vehículos ha generado críticas recurrentes entre propietarios que pagaron precios premium por estos autos.
El grupo de demandantes, representado por el bufete Morrison & Foerster, expresó satisfacción con la resolución: "Esta sentencia establece un precedente importante para la industria, demostrando que incluso las empresas tecnológicas más valoradas deben responder por la calidad de sus computadoras cuando estas no cumplen con las expectativas razonables de longevidad".