Los visitantes no sólo no respetan las recomendaciones y las medidas de seguridad, sino que se molestan cuando son alertados por los inspectores. En el dique Cipolletti ya murieron tres personas.

Precauciones en el dique Potrerillos

Por UNO

En un fin de semana normal, alrededor de cinco mil personas llegan hasta las aguas del diquePotrerillos para refrescarse, practicar las delicias de la pesca o realizar algún deporte náutico.

Y para cuidar la seguridad de esa multitud dentro del lago la Dirección de Recursos Naturales ha

dispuesto la presencia de ocho inspectores, quienes montados en un bote o arriba de un cuatriciclo

recorren la totalidad del perímetro.

Sin embargo, lejos de encontrar visitantes responsables, la mayoría de las personas se

molestan con las recomendaciones que les dan las autoridades, a pesar de que están claramente

poniéndose en peligro.

Diario UNO
fue parte de uno de los habituales recorridos arriba del bote de

inspección y pudo comprobar un rosario de imprudencias que son cometidas, a veces, por ignorancia

y, otras tantas, porque aun conociendo las reglas las personas prefieren hacer todo lo posible para

obviar lo establecido.

Nadar lejos de las orillas –donde se puede hacer pie–, utilizar de embarcación la base de una

tabla de windsurf, internarse en medio del agua sin chaleco salvavidas, pescar en zonas señalizadas

como no permitidas, hacer fuego, traspasar los lugares boyados para practicar algún deporte

náutico, constituyen el menú de las infracciones.

"Me metí porque vi a otros llegar hasta acá", "¿Por qué no puedo nadar si estoy cerca de la

costa?", "Yo pesco acá siempre que vengo y nunca me pasó nada", son algunas de las explicaciones

que los mendocinos esgrimen cuando los inspectores les reclaman que vuelvan a lugares seguros.

Todas excusas que son seguidas de gestos de fastidio por las "molestas" recomendaciones.

"Estamos todo el día arriba del bote y siempre es igual, por más que les decimos lo que no

pueden hacer, lo hacen", señala Guillermo Tejada, uno de los inspectores mientras completamos el

recorrido por el dique. "Y cuando nos vamos, vuelven a nadar y pescar donde saben que no pueden,

parecen chicos", agrega Jorge Gordillo.

En general, los inspectores intentan que los visitantes cumplan con el cuidado y el respeto

que se debe tener al agua.

Pero no alcanza. El 25 de diciembre tuvieron que realizar 15 rescates del agua de personas

que entraban en el dique por primera vez en un bote recién comprado o de nadadores cansados que

pedían ayuda.

En el control que

UNO presenció, en dos oportunidades debieron sacar personas del agua. Una familia

entera que había quedado atrapada con una tabla de windsurf en la zona de árboles, cerca de la ruta

vieja. Y un solitario nadador que sin chaleco ni traje estaba en la zona de la desembocadura del

río Mendoza, donde el agua tiene una temperatura cercana a los 10° y hay remolinos por la

corriente.

Cada vez hay más concurrencia

"Tratamos de que la gente pase un buen momento, tampoco se le puede prohibir todo. Si están

en la orilla del agua, sentados, o que el agua les llegue al pecho, no les decimos nada, pero la

gente, apenas nos descuidamos, ya está nadando aguas adentro", explica Marcelo Ríos, el jefe de la

patrulla de inspectores.

Según comenta, cada vez es más frecuente la cantidad de personas que compran botes a remo o

tipo kayac para navegar en Potrerillos, atraídos por la limpieza del inmenso espejo de agua.

"Los que hacen algún deporte náutico siempre respetan las normas, el conflicto lo tenemos con

los novatos", asegura.

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Cerca del pueblo de Potrerillos, miles de familias se meten al agua sin protección alguna. Allí la temperatura no supera los 15°. Al ver el bote de control, huyen.
Cerca del pueblo de Potrerillos, miles de familias se meten al agua sin protección alguna. Allí la temperatura no supera los 15°. Al ver el bote de control, huyen.
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Cerca del pueblo de Potrerillos, miles de familias se meten al agua sin protección alguna. Allí la temperatura no supera los 15°. Al ver el bote de control, huyen.
Cerca del pueblo de Potrerillos, miles de familias se meten al agua sin protección alguna. Allí la temperatura no supera los 15°. Al ver el bote de control, huyen.
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Tres hermanos utilizan la base de una tabla para “pasear por el agua”, mientras el padre de ellos hace windsurf sin chaleco, en una zona llena de árboles.
Tres hermanos utilizan la base de una tabla para “pasear por el agua”, mientras el padre de ellos hace windsurf sin chaleco, en una zona llena de árboles.
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Estos dos pescadores estaban cerca del paredón, una zona prohibida, en la que nadie los puede ayudar si tienen algún problema.
Estos dos pescadores estaban cerca del paredón, una zona prohibida, en la que nadie los puede ayudar si tienen algún problema.
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Estos jóvenes se han instalado en la punta de un cerro, lejos de la orilla.
Estos jóvenes se han instalado en la punta de un cerro, lejos de la orilla.