Julio Cobos y Celso Jaque confiaron en las partidas que el titular de los ministros destinaría por fuera del Presupuesto y que llegaron con cuentagotas. Ahora, el Congreso debate eliminar esas facultades.

Mendoza fue perjudicada por los poderes del jefe de Gabinete

Por UNO

Fue la esperanza política tanto de Julio Cobos como de Celso Jaque en los últimos años de estrecharelación con la Casa Rosada. Pero ninguno de los dos pudo concretarla: del conjunto de las

provincias, Mendoza fue una de las que más padecieron en los últimos seis años el manejo

discrecional de fondos del Presupuesto nacional, una de las prerrogativas que tiene el jefe de

Gabinete nacional y que la oposición en el Congreso apunta ahora a eliminar.

Según datos de una importante consultora privada que analizó el reparto que el Gobierno

nacional hizo en el 2009 de fondos de distribución no automática –no están incluidos en la

coparticipación–, la Provincia quedó relegada al lote de las cuatro más perjudicadas, detrás de

Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, y muy por debajo de Santa Cruz, que encabeza la lista.

Como defensa política, del 2003 a esta parte siempre se trató de defender la relación de

acercamiento con la Nación con el argumento de que todo lo que no se conseguía a través de la

sanción del Presupuesto se compensaba con los movimientos de partidas que está autorizado a hacer

por ley el jefe de Gabinete.

En la pauta de gastos nacional, Mendoza nunca pudo superar la mitad de la tabla en el ranking

del reparto. Y en cuanto al dinero que se distribuye a través de las vinculaciones políticas con la

Nación, el resultado tampoco fue el esperable.

En ese sentido, el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el

Crecimiento (CIPPEC), una fundación que publicó un estudio denominado "El juego federal entre la

Nación y las provincias", estableció que, si el año pasado cada argentino recibió en promedio

$1.280 como parte del gasto discrecional, a cada mendocino le tocaron $420.

En el 2005, cuando comenzaron los acercamientos de Cobos al entonces presidente Néstor

Kirchner, los resultados fueron similares.

Durante aquellos 12 meses llegaron desde la Nación $65 millones más de lo presupuestado

(3,5%), cuando la media nacional fue del 8% y provincias como Buenos Aires recibieron 27% de fondos

extra. Ese año, el entonces jefe de Gabinete, Alberto Fernández, tampoco transformó en plata la

fallida Concertación Plural: Mendoza terminó recibiendo aquella vez 13% más de recursos, pero en el

contexto nacional finalizó décima.

La derogación de los poderes

El proyecto de derogación de superpoderes se aprobó esta última semana en la Cámara de

Diputados por 136 votos contra 90, y fue apoyado por todos los bloques de la oposición. Los

legisladores mendocinos del PJ, con Patricia Fadel al frente, votaron en contra.

Esa norma deja sin efecto la reforma del artículo 37 de la ley de administración financiera,

que en el 2006 se hizo permanente luego de que varios gobiernos la solicitaran.

Además, ratifica que cualquier modificación en el destino de una partida presupuestaria debe

ser resuelta por el Poder Legislativo.

La iniciativa establece también que el Gobierno no podrá asignar sin acuerdo del Congreso los

excedentes de recaudación en el Presupuesto, así como tampoco usar, sin consentimiento

parlamentario, recursos de otras fuentes de financiamiento, como el Banco Central o la ANSES. Y

ratifica que cualquier modificación de partidas deberá ser resuelta por el Congreso.

El proyecto pasó al Senado y, antes de que allí se abriera el debate, el oficialismo anunció

que la norma podría ser vetada por la Presienta. El propio Néstor Kirchner declaró: "Si yo fuera

presidente, la vetaría", y lo mismo aseguró el jefe de bloque de Diputados, Agustín Rossi, para

quien "lo que se aprobó en Diputados no es un límite a la movilidad de las partidas, sino una

eliminación".