Por Paola Alé
Es la número 7.393, que reconoce oficialmente ese lenguaje y data de 2005, pero no está vigente. Con ella, los sordos podrían solicitar intérpretes y una educación bilingüe en todos los niveles del sistema escolar.
Es la número 7.393, que reconoce oficialmente ese lenguaje y data de 2005, pero no está vigente. Con ella, los sordos podrían solicitar intérpretes y una educación bilingüe en todos los niveles del sistema escolar.
Por Paola Alé
A Nélida, las manos no sólo le han servido para acariciar a sus hijos. Ellas han sido su lenguaje. Cada uno de sus movimientos es expresión y comunicación. En su casa no se desperdician gestos, sino que se suman palabras. Nélida tiene dos hijos sordos: Mariana (36) y Alejandro (47). Sordos, pero no mudos. Mudo es alguien que no puede hablar, y sus hijos hablan en lengua de señas, el lenguaje natural de la gente sorda.
Desde hace siete años, ella y algunos de los 6.000 integrantes de la Asociación de Sordos en Mendoza buscan que se reglamente la ley Nº7.393, sancionada en 2005 y que reconoce a la Lengua de Señas como oficial en el territorio de la provincia, tal y como ha ocurrido con las lenguas de los pueblos originarios en algunas provincias argentinas.
Actualmente, el Ministerio de Desarrollo Social y Derechos Humanos trabaja en el decreto de reglamentación que hará que la legislación se haga efectiva. Así lo aseguró la subsecretaria de Familia, Dolores Alfonso.
Sandra Capdevila es la titular de la Asociación Mendocina de Intérpretes en Lengua de Señas Argentina (Amilsa). Ella dice que la reglamentación efectiva de la 7.393 producirá el primer cambio radical para la comunidad sorda en 132 años. Y es que desde 1880, cuando se determinó en el congreso de Milán que la educación oralista era mejor que la gestual, en Europa y Estados Unidos se prohibió el uso de lengua de señas en las escuelas. En consecuencia, los demás países tomaron esa tendencia.
La reglamentación de la ley producirá dos grandes cambios.
Uno es que cualquier persona que así lo requiera podrá solicitar un intérprete de Lengua de Señas Argentina (LSA). Es decir que, para hacer un trámite o ser asistida en un hospital, por ejemplo, una persona no oyente podrá hacer valer este derecho.
El otro aspecto que se modificará ampliamente será el educativo, según subrayó la representante de Amilsa. Y es que, con la puesta en vigencia de la ley, la lengua de señas será enseñada en las escuelas especiales desde la primaria y los docentes tendrán la obligación de utilizarla. “Al privilegiarse la corriente oralista, los chicos sordos adquieren la lengua de señas cuando ingresan en la secundaria, o bien cuando comienzan a tener mayor contacto con gente de la comunidad”, explicó Capdevila.
Además de estos cambios, promueve la utilización de LSA para cualquier persona, la elaboración de un registro de intérpretes, la profesionalización de esta actividad y la creación de una comisión investigadora. Ésta tendrá la obligación de realizar un relevamiento de personas sordas y sus necesidades. Por último, auspicia la incorporación de intérpretes de LSA en los canales de TV. La implementación de la ley le otorga presupuesto para todos estos cambios.
“Queremos intérpretes para poder aprender y que nos entiendan”, dice con sus manos Daiana Lacroux, una de las integrantes de la Asociación de Sordos en Mendoza. También hubo representantes de Padres Autoconvocados, Amilsa, Consejo de Discapacidad y las escuelas Pavón y CENS Nº3.406.
“Esta ley garantiza accesibilidad a las personas sordas. Estamos trabajando intensamente en su reglamentación”, sostuvo Alfonso. Y agregó que el texto del decreto de reglamentación está en etapa de revisión.