El fin de semana le desaparecieron de la heladera que tenía en su despacho 10 kilos de asadoy tres pollos que iban a ser destinados a un asado para los empleados de la comisión que preside eldiputado de Proyecto Independiente Mendoza. Pero grande fue su sorpresa cuando el martes llegó a su oficina, ubicada en un edificio dedepartamentos de calle España al 1200, y se encontró con el freezer vacío. No estaban los 10 kilosde costillas, vacío y asado de tira, y también faltaban los tres pollos. En realidad, lo queprimero notó en falta fue una máquina anilladora de su propiedad, que cuesta unos $3.000 y tambiéndesapareció. A raíz del robo, el presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Tanús, ordenó larealización de un sumario para poder esclarecer quién se robó el asado de Puga. Al parecer, la desaparición se produjo cuando alguno de los colaboradores de Puga le dejó lallave a un empleado de la Legislatura para retirar algunos muebles que pertenecen a la Legislaturay que iban a ser llevados a nuevo edificio, como parte de la mudanza colectiva que todos loslegisladores están haciendo. El legislador quiso aprovechar el fin de semana para sacar sus cosas y poder instalarse en lanueva oficina de la calle Espejo. Por eso acordó que los empleados de maestranza fueran a sacar unequipo de aire acondicionado y algunos muebles que pertenecen a la cámara. Todo parece indicar que aprovecharon la oportunidad para arrear con algo más tentador que losmuebles, porque la carne también desapareció. "Esto no se va a quedar en un sumario, alguno se va a tener que ir a la calle", dijo ayer Puga, todavía sorprendido por la desaparición, aludiendo a que el responsable tendría que serechado. Además del sumario administrativo en curso, Puga adelantó que hará al denuncia penal porque "es inadmisible" que desde adentro de un edificio que pertenece a la Legislatura desaparezcanelementos personales. Inclusive, lo planteó durante la sesión de ayer, para dejar sentado que lagravedad del robo no puede pasar desapercida. El proceso de mudanza ha dejado otros casos desagradables, relató Puga, porque el secretariohabilitado de la cámara Andrés Grau le comentó que de otros departamentos en alquiler que debíanser devueltos desaparecieron matafuegos y, en algunos casos, hasta los grifos de baños y cocinas. Durante los mismos días, algo parecido le sucedió al diputado del justicialismo disidenteDaniel Cassia, que se encontró con la puerta de su oficina forzada y todo su despacho revuelto. Eneste caso no le faltó nada, ya que al parecer lo que se buscaba eran papeles o documentaciónespecífica. El caso se produjo en el edificio nuevo de Diputados de la calle Espejo. Estos últimosdías no han sido favorables para Puga. Hace dos semanas fue víctima de un asalto en el que loencañonaron en las costillas para sacarle $200. El caso ocurrió un sábado cerca de las 19, cuandoaún había luz, en la esquina del carril Rodríguez Peña y Urquiza de Guaymallén. Mientras iba en su auto a la casa de su hijo, paró en el semáforo y esos breves minutosfueron aprovechados por un chico armado, que lo encañonó tembloroso y le pidió sus pertenencias.Puga le dio la billetera y el chico salió corriendo sin que los conductores que estaban delante delauto de Puga se percataran de lo ocurrido.