Por Enrique [email protected]
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Una estación elevadora de líquidos cloacales esparce su olor nauseabundo por varias manzanas del centro de Palmira. Los vecinos que viven más cerca indicaron que esta situación lleva 20 años, pero que al comienzo el mantenimiento periódico de la estación atenuaba el olor. Desde AYSAM dijeron que la estación no se puede cambiar de zona y prometieron trabajar allí para que en 20 días mejore.
“Acá vienen los efluentes de todo Palmira. Las cloacas trabajan por desnivel y aquí hay una gran cámara donde cae todo el líquido y una bomba lo levanta hacia otra cañería que lo conduce hasta la planta depuradora. El sistema está diseñado así y es imposible de modificar”, indicó ayer Sergio Picotto, subgerente del Interior y responsable máximo en la región de AYSAM.
Picotto se presentó ayer en la estación del conflicto en Obreros Ferroviarios y Gumersindo Godoy, a 200 metros del estadio de fútbol de Palmira, para responder las consultas de UNO sobre el reclamo de los habitantes. También se presentó allí el delegado municipal Daniel Arias y el concejal electo de la UCR Alfredo Lafferriere, además de una veintena de vecinos desesperados y con la nariz eternamente fruncida.
Lafferriere fue contactado por los vecinos para que encuentre una solución, tras una veintena de reclamos a distintas entidades durante varios años sin resultados.
Arias, que asumió el cargo hace un mes, comenzó a buscar algunos carriles para llevar las quejas y tratar de que les den respuesta. “Desde que asumí me siento como el plomero del Titanic”, dijo.
Siguiendo un camino parecido al que realizaron los vecinos durante estos años, este medio logró concentrar en ese ambiente irrespirable a todas las partes.
“Todas las estaciones están a cielo abierto. Lo que podemos hacer ahora es realizar mejoras, cambiar algunas tapas, elevar el caño de ventilación y colocar un inhibidor de olor. La empresa no ha estado pasado en un buen momento. Hoy está ingresando una suma importante, un préstamo de $400 millones, que nos van a servir para cubrir todas estas falencias”, dijo Picotto.
Arias dijo: “La gente tiene razón. A eso de las 21.30 acá no se puede respirar”. Esto se debe a que, si bien durante el día el vaho es inaguantable, a la noche se potencia ya que baja la temperatura, disminuye la presión atmosférica y los vapores se concentran en esas cuadras. El delegado, en esta reunión improvisada en plena calle, le pidió al representante de AYSAM “que les des una información clara a los vecinos y que cumplás con lo que vayás a prometer”.
Picotto indicó entonces que “en la semana que viene estaremos trabajando en el recambio de algunas tapas. Los inhibidores de olor son importados, ya que no se fabrican en Argentina, y la importación es compleja, por lo que eso se podrá retrasar un poco más, pero en 20 días ya se notará un cambio”.
En tanto los vecinos con la colaboración de Lafferriere iniciarán algunas gestiones para que se realice un estudio de impacto ambiental en ese lugar y especialmente se pueda establecer si los gases que despide la planta son nocivos para la salud y que se confirme que no haya escurrimientos hacia las napas freáticas.