Mendoza
Es una emoción que sirve para salvarse ante un ataque, por eso no puede ser ignorada en situaciones dudosas. Qué hacer para no convertirse en víctima de un delito.

El miedo ayuda a las mujeres

Por UNO

La película Agora del director español Alejandro Amenábar es un drama histórico que cuenta la fatalhistoria de la filósofa Hipatia de Alejandría, que fuera descuartizada y quemada por los

cristianos, seguidores del intolerante obispo Cirilo de Alejandría en el 415 después de Cristo.

La historia de Hipatia es muy interesante, ya que es la primera mujer matemática de la que se

tiene conocimiento. Lamentablemente, no fue la primera ni la última mujer que padeció la violencia

brutal de los hombres. No está a mi alcance explicar por qué los hombres a lo largo de la historia

han victimizado a la mujer, pero estoy convencido, que si ayudamos y educamos a nuestras mujeres en

la prevención, bajaremos las espantosas estadísticas de actos violentos contra el género femenino.

Seguridad masculina y femenina

Cuando analizamos los riesgos de ser agredidos que enfrenta un hombre y los comparamos con

los de una mujer, no es exagerado afirmar que se trata de dos mundos diferentes. Pregúntele a un

hombre cuándo fue la última vez que tuvo miedo de ser agredido y seguramente se tomará unos

instantes para responder, ya que le costará buscar en su memoria esa circunstancia en la que sintió

miedo. Con ellas no sucede lo mismo, la mayoría citará un evento reciente o dirá: "Anoche", "hoy" o

lo que es peor, "todos los días". Si bien la mayor parte de las cosas que más miedo nos dan no

ocurren nunca, no es apropiado confiar ciegamente en los sistemas de seguridad de nuestra casa,

nuestro trabajo o la Policía, aunque son importantes para nuestra seguridad personal, es cierto que

cuando actúan ya es demasiado tarde. Las personas son las que producen daño y, en el caso de la

seguridad femenina, son los hombres en su inmensa mayoría los que las agreden y es a ellos a los

que hay que comprender para poder estar prevenidas.

El especialista en prevención de actos violentos, el norteamericano Gavin de Becker afirma

que los seres humanos poseemos una fuente muy confiable de recursos para estar prevenidos de una

posible agresión: nuestra propia intuición. En ella, se encuentra toda la información para estar

prevenidos de personas y circunstancias que pueden poner en peligro nuestras vidas. Como todos los

animales, nosotros también tenemos un sistema de alerta innato ante el peligro, el problema es que

no estamos preparados para confiar en él. Gavin de Becker afirma que hay un código universal de la

violencia que la mayoría de nosotros puede advertir automáticamente, pero que la vida moderna

adormece nuestra sensibilidad: o no lo vemos o no queremos admitirlo. De lo que estamos hablando es

del miedo, que tanta mala prensa tiene en nuestros días, pero que en realidad es una emoción

positiva concebida para salvarnos. El miedo es una parte fundamental de nuestra experiencia, ¿quién

no tuvo miedo alguna vez? Cuando tenemos miedo creemos que algo ha fallado, que en cierta forma

somos menos que los otros. De hecho, esto no es así, todos sentimos miedo, lo importante es saber

qué hacemos con "nuestro" miedo. Podemos ignorarlo o petrificarnos. O podemos reconocerlo y a pesar

del miedo tomar medidas preventivas y seguir adelante.

Percepción de peligro

Es habitual creer que percibir es mirar. Esto no es así, se mira con los ojos, pero se

percibe con el cerebro. Son numerosas las investigaciones sobre cómo los seres humanos detectamos

el peligro. Rupert Sheldrake es un científico muy particular, formado en la Universidad de

Cambridge, conocido por muchos por su teoría de los "Campos mórficos", en el año 1997 publicó en la

prestigiosa revista New Scientist los resultados de un experimento sobre la capacidad que tenemos

los seres humanos de sentirnos observados. Dice Sheldrake: "La sensación de sentirse observado es

muy común, algunas encuestas indican que el 90% de las personas han experimentado este tipo de

fenómeno alguna vez. Si la gente realmente puede decir cuándo es observada por la espalda, esto

sugiere que algún tipo de influencia emana del observador". En Suiza, un equipo de científicos de

la Universidad de Lausana determinó que los mamíferos detectan mensajes de peligro a través del

ganglio de Grueneberg, situado entre las fosas nasales, éste recibe las feromonas de alarma que han

sido liberadas por un congénere para advertirlo de una posible amenaza. Este ganglio está presente

en la mayoría de los mamíferos y su función en los seres humanos permitiría percibir el estrés

liberado por otra persona. Sin duda, estamos dotados para intuir el peligro, lo que sucede es que

en la mayoría de los casos no sabemos decodificar las señales que emite el posible agresor. La

forma de mejorar nuestro maravilloso sistema receptor de peligro es incorporando información.

Caminar por la montaña, nadar en el mar, navegar en kayak, son actividades al aire libre

placenteras, pero si no disponemos de un mínimo de conocimiento sobre ellas, nos pueden costar la

vida. Las mujeres deben aprender a leer los signos de peligro y actuar en función de ello. Está

comprobado que el delincuente elige y siempre elige la víctima que le permitirá cumplir su

cometido. Algunas señales que pueden ponernos sobre aviso son:

• Hombres demasiados simpáticos. Hablan mucho y nos dan detalles innecesarios para

distraernos.

• Son ellos los que se acercan a nosotros, nunca al contrario.

• Encuentran la manera de ayudarnos para que nos sintamos en deuda.

• Ignoran o no tienen en cuenta cuando les decimos "no".

• Cooperación repentina de un extraño o caballerosidad fuera de lugar.

• Prejuicios por la ropa y la apariencia: "la gente bien vestida es buena y por lo tanto, no

me hará daño".

Muchas mujeres reconocen con frecuencia situaciones de peligro, pero para no parecer "mal

educadas" o "desubicadas", ya sea por prejuicios raciales o sociales permiten el curso de las

acciones que harán de ellas una víctima.

Preparación psicológica

Si las mujeres se preparan psicológicamente podrán sobrellevar con éxito una confrontación

violenta. Es inútil entrenar golpes y palancas para un combate con un hombre si no se dispone de

una mente entrenada. La mente es el arma más peligrosa que puede llevar una mujer en cualquier

situación. Por el contrario, sin una preparación adecuada su mente puede ocasionarle resultados

devastadores y estará librada al destino de su propia suerte.