Paola Alé[email protected]
Recibió media sanción en la cámara alta por 23 votos a 14 y pasó a Diputados. Antes, radicales y peronistas se enrostraron “las cosas a la mendocina” y la “vuelta a la época de la Capitanía chilena”
Recibió media sanción en la cámara alta por 23 votos a 14 y pasó a Diputados. Antes, radicales y peronistas se enrostraron “las cosas a la mendocina” y la “vuelta a la época de la Capitanía chilena”
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El estatuto de la empresa provincial de energía encendió esta vez la polémica entre peronistas y radicales en el Senado, en una pelea que vienen demorando desde mediados de julio, cuando el proyecto ingresó a la Legislatura. Ante la negativa de todo el bloque radical de aprobar el estatuto, tal y como lo habían estado advirtiendo públicamente, los peronistas lo criticaron pero hasta en tono de burla. “No entendemos, si aprobaron la creación de la empresa, por qué ahora no quieren el estatuto”, sostuvo el senador Fernando Simón, quien además es presidente de la Comisión de Hidrocarburos. “La verdad es que, si fuera por los radicales, deberíamos volver a la época de la Capitanía chilena, porque no quieren que hagamos nada”, señaló risueñamente el presidente del PJ, Alejandro Abraham.
De todas maneras, y a pesar de los pulgares para abajo de 14 legisladores (13 radicales y un demócrata), hubo 23 voluntades que se inclinaron a favor de la ratificación del estatuto, al que sólo le falta pasar por Diputados para que la Empresa Mendocina de Energía (Emesa) pueda funcionar.
Negativa radical
Los argumentos de los radicales fueron puestos sobre tablas por Sergio Moralejo y Juan Carlos Jaliff. El primero aseguró que, con lo que plantea el conjunto de normas que regirán el funcionamiento de Emesa, la Provincia pierde su autonomía para tomar decisiones en cuanto a sus recursos. “Cuando hacemos las cosas a la mendocina parece que todo va a estar bien, pero nuestros funcionarios van a Buenos Aires y allí cambia todo”, sostuvo Moralejo.
Lo que los radicales critican es que el estatuto se envió a la Legislatura pero luego se puso en vigencia del decreto 1.277/12, que data de fines de julio, denominado Reglamento del Régimen de Soberanía Hidrocarburífera de la República Argentina. Según manifestaron los radicales, el decreto deja en manos del Gobierno nacional la potestad de decidir sobre los recursos de las provincias. “No queremos que Emesa se convierta en un elefante blanco. Vamos a votar en contra del estatuto porque entendemos que éste vacía de poder a la empresa”, sostuvo Moralejo.
Al mismo tiempo, Jaliff manifestó: “He sido uno de los principales impulsores del proyecto. Pero, con la sanción del decreto, la influencia del Gobierno nacional se pasó de las palabras a los hechos”. Y agregó: “No quiero que (Axel) Kicillof y (Guillermo) Moreno decidan sobre los recursos petroleros de Mendoza”.
La defensa
Quien ejerció la defensa del estatuto fue Simón. Este senador recordó que la sanción definitiva de Emesa la hicieron los radicales luego de que se hubiera aprobado a nivel nacional la estatización de YPF y que, en este sentido, el escenario era el mismo.
Además recalcó que el estatuto no difiere demasiado de la propia ley de Emesa y que la ley comprende la elaboración del estatuto por parte del Ejecutivo y con un plazo de 60 días luego de que se aprobara el proyecto. Según Simón, la negativa de los radicales no tuvo argumentos de peso en cuanto al contenido de la reglamentación de funcionamiento de Emesa. “No he escuchado una sola crítica en materia del estatuto en sí mismo, pero se oponen. Tampoco han hecho aportes, a pesar de que lo tienen desde julio para estudiarlo”, sostuvo Simón. El legislador dijo además que no está vaciado de contenidos, que el 10% de las áreas petroleras queda para la compañía provincial de energía y que también indica cómo proceder en cuanto a energías alternativas, como la solar. Pero aseguró que los radicales se oponen por el hecho de oponerse y nada más, y que es poco lo que aportan.
De todas maneras, sin el apoyo de los radicales y el PD, fue aprobada por mayoría. Ahora falta que los diputados hagan lo propio y que Emesa comience a funcionar.