Desde pequeños, aprendemos ciertas frases básicas que forman parte de lo que se considera una buena educación: “por favor”, “gracias”, “perdón”. La psicología, como ciencia que estudia el comportamiento humano, pone especial atención en cómo nos comunicamos y cómo esas frases que usamos reflejan no solo nuestro nivel de educación formal, sino también nuestra educación emocional.
- “Es lo que hay”: una frase que denota resignación y, según la psicología, muestra poco interés por encontrar soluciones o escuchar otras posturas.
- “No es mi problema”: de acuerdo con la psicología, esta frase refleja una actitud egoísta y una negativa a involucrarse emocionalmente.
- “Te lo dije, siempre tengo la razón”: esta frase puede parecer inofensiva, pero la psicología la asocia con la necesidad constante de validación y poca tolerancia a la crítica.
- “No me importa”: para la psicología, esta es una de las frases más frías: muestra desconexión emocional y desinterés por los sentimientos del otro.
- “Así soy yo”: una frase muy usada, pero que la psicología interpreta como una resistencia al cambio y a la autocrítica.
- “Eso es una tontería”: según la psicología, esta frase descalifica al otro y demuestra una falta de sensibilidad evidente.
- “No tengo tiempo para estas cosas”: esta frase, de acuerdo con la psicología, minimiza lo que el otro siente y transmite indiferencia.
La forma en que hablamos importa, y mucho. Según líderes México, cada frase que decimos puede acercarnos o alejarnos de los demás. Por eso, la psicología nos invita a prestar atención a nuestro lenguaje diario, a ser más conscientes y, sobre todo, más empáticos. Porque al final, no es solo lo que decimos, sino cómo lo decimos, lo que define quiénes somos.