Más allá de su longevidad, este árbol es un símbolo de resistencia natural, de conexión profunda con la historia y de continuidad. En los últimos años, ha captado la atención de científicos, viajeros y amantes de la naturaleza. Te contamos de qué se trata y en qué lugar del mundo se encuentra.
El olivo de Vouves está ubicado en el pequeño pueblo de Vouves, en la isla de Creta, Grecia. Se estima que su edad supera los 3000 años, y algunos estudios lo ubican cerca de los 4000 años, lo que lo convierte en uno de los olivos más antiguos del mundo.
Este árbol milenario ha sido testigo de la historia del Mediterráneo, desde la civilización minoica, una de las más antiguas de Europa, pasando por la época romana, bizantina y hasta la ocupación otomana. A pesar del paso del tiempo y las adversidades, el olivo sigue vivo y, sorprendentemente, sigue produciendo aceitunas.
Según el portal especializado Critida su tronco retorcido y grueso, con casi cuatro metros de diámetro, revela los siglos que ha atravesado. La madera del olivo, conocida por su dureza y belleza, tiene formas caprichosas que parecen esculpidas por la naturaleza misma.
Este olivo presenta varias características notables:
La supervivencia de este olivo se atribuye a su robusto sistema radicular, que penetra profundamente en el suelo, y al clima mediterráneo templado de Creta, que favorece su crecimiento y longevidad.
Más allá de su valor botánico, el olivo de Vouves representa la resistencia y la continuidad de la vida frente al paso del tiempo y las transformaciones históricas. Es un testigo silencioso que conecta a generaciones y culturas diferentes.
Su presencia en el paisaje cretense invita a reflexionar sobre la importancia de cuidar el patrimonio natural y cultural que hemos recibido y que debemos preservar para el futuro. Este olivo no solo produce aceitunas; produce historia viva que sigue creciendo.