Por J. Luzuriaga y R. [email protected]
Sus familiares aseguraban que fue detenida por policías aeroportuarios, pero una investigación de UNO confirmó que está protegida por el equipo de rescate del plan de lucha contra ese delito.
Sus familiares aseguraban que fue detenida por policías aeroportuarios, pero una investigación de UNO confirmó que está protegida por el equipo de rescate del plan de lucha contra ese delito.
Por J. Luzuriaga y R. [email protected]
TUPUNGATO– La manifestación de un grupo de familiares que denunciaban la desaparición de una mujer “que fue detenida el 26 de agosto por Policía Aeroportuaria” desnudó la investigación de un caso de trata de personas que eran explotadas sexualmente y que funcionaría en este departamento. Los allegados a la mujer relataron una trama envuelta en dudas, tanto, que se tejió un enredo que llevó a la Policía provincial y a la Justicia ordinaria a intervenir de oficio. Pero la investigación de Diario UNO pudo confirmar que la mujer (su identidad no se revela por expreso pedido de los investigadores) está protegida y contenida por el equipo de rescate del plan provincial contra la lucha de trata de personas.
Diario UNO publicó el pasado 15 de abril el caso de una investigación que surgió tras una denuncia realizada por un cura. La delación dio cuenta sobre la supuesta promoción a la prostitución de menores en Loteo Moyano, lugar donde reside la mujer que era buscada por sus familiares. El caso sería el prólogo de esta confusa historia.
“Esta persona fue rescatada hace dos semanas de esa propiedad de Villa Bastías, en Tupungato, por un oficio del juez federal Walter Bento. Ella está asistida por propia voluntad por el equipo de psicólogos y trabajadores sociales del equipo de rescate del plan provincial de lucha contra la trata de personas, que se lanzó recientemente. Lo que estamos haciendo es proteger la vida y restituirle sus derechos a alguien que presuntamente está afectada por este delito de trata con el objetivo de ser explotada sexualmente. Es una mujer de 36 años que ha sido muy maltratada y que está siendo atendida por todo el equipo. Lo que me extraña es que la familia se manifieste, porque varios de ellos saben que está siendo asistida”, confirmó ayer Rubén Cuello, titular de la Dirección de Derechos Humanos dependiente de la Subsecretaría de Derechos Humanos, aportando así el final del hilo que se comenzó a desandar cuando los familiares de esta mujer marcharon pidiendo saber de su paradero.
Este martes, cerca de las 10, un grupo de personas –en su mayoría menores de edad y familiares de la mujer– marchó con pancartas por el centro tupungatino exigiendo que aparezca esta madre de siete hijos de entre 7 y 20 años (dos de ellos fallecidos).
Fueron desde la rotonda de ingreso al casco urbano hasta la plaza departamental, frente a la Comisaría 20. Este diario dialogó con Estela y Mercedes, una hermana y una prima de la desaparecida.
La confusa historia que ellas contaron comienza el domingo 26 de agosto al mediodía, cuando la mujer se encontraba trabajando –supuestamente como empleada doméstica– en la casa de un campo situado a la vera de la ruta de Los Cerrillos, en inmediaciones del Cristo Rey. Junto a ella estaban su hija mayor –de 20 años– y el encargado del lugar, con quien no tienen relación de parentesco y sería un policía jubilado.
Al promediar el mediodía, tres vehículos particulares llegaron a la vivienda y hombres uniformados, junto a una mujer que dijo ser una licenciada, procedieron a detener al hombre y además se llevaron a la mujer y su hija. También habrían detenido –según el relato de estas mujeres– a otro hombre que ocasionalmente llegó al lugar.
¿Cuatro detenidos?
Las cuatro personas habrían sido llevadas a una oficina de Ciudad y, el jueves 30, la hija de la mujer quedó desvinculada de la causa. Ante su familia relató que estuvo alojada en un lugar que no conocía en Ciudad, fuera del contacto con su madre, y que antes de salir de allí vio que ella estaba en otra habitación.El pasado 4 fue liberado el hombre que aquel mediodía del 26 de agosto llegó de improviso a la casa y días más tarde habría vuelto a caer en manos de la Policía Aeroportuaria.
Al otro día, el casero recuperó su libertad y les dijo a los familiares de la mujer que había sido detenido en el marco de una causa por presunta trata de personas y armas.
Una red de trata
Mientras los manifestantes rogaban ayer saber del paradero de la mujer que creían desaparecida, en Tupungato, a los jefes policiales se les prendía la luz de alerta porque ellos no sabían nada de la supuesta detención y mucho menos del paradero de la mujer.Diario UNO comenzó a rastrear entonces qué ocurrió desde la supuesta detención de la mujer a manos de personal de la Policía Federal.
Así se pudo confirmar que había sido personal de Policía Aeroportuaria, que también es una fuerza federal, el que llegó hasta esa zona de Tupungato para llevarse a la buscada mujer, a una hija suya y a dos hombres más que en ese momento estaban en esa propiedad, en Villa Bastías, por un oficio firmado por el juez Walter Bento por un caso de trata de personas.
Días más tarde, la hija fue desafectada de la causa y los dos hombres fueron liberados, pero ella no regresó a Tupungato.
Presuntamente, su familia no sabía dónde estaba o si había quedado detenida, por lo que el pasado 3 radicaron la denuncia por averiguación de paradero en la Oficina Fiscal Nº1 de Ciudad, ya que desde el departamento del Valle de Uco había sido traída a la capital mendocina.
“Desde que cargamos sus datos en el sistema supimos que era parte de una investigación por un delito federal y nos confirmaron que estaba en calidad de protegida”, confió una fuente que siguió el curso del expediente Nº135.811 de averiguación de paradero, que llegó a esa oficina.
Todos los caminos llevaban hasta el fiscal Fernando Alcaraz, quien tenía en manos la causa en la que figuraba la mujer como protegida. El magistrado confirmó a este diario que llevaba adelante una investigación por trata de personas con el fin de explotación sexual y agregó que la buscada mujer se encontraba, desde el momento en que fue traída de Tupungato, asistida por la Dirección de Protección de Derechos, dependiente de la Subsecretaría de Derechos Humanos.
Si bien el fiscal evitó dar mayores detalles del caso, sí admitió que se están realizando otras medidas, ya que habría partes del rompecabezas que aún no aparecen.
Finalmente fue Rubén Cuello, a cargo de la Dirección de Derechos Humanos, quien confirmó que la mujer “fue traída con la intervención de la Policía Aeroportuaria, que es una fuerza federal, porque lo que se cree es que presuntamente ella es víctima de este delito de trata de personas con explotación sexual y se busca protegerla”.
“Acá recibe el tratamiento de todos los profesionales del equipo de rescate y ella misma pidió esta ayuda. Lo que pretendemos es ponerle un freno a este flagelo, pero hay que empezar por proteger a las víctimas”, sostuvo el funcionario.
¿No sabían o faltó comunicación?
En medio de la investigación, Diario UNO buscó información en la Delegación Mendoza de la Policía Federal, donde el jefe de servicio, inspector Pablo García, negó que se hubiera realizado algún operativo en Tupungato en la fecha en que se llevaron a la mujer y a otras tres personas, y recomendó hablar con la división de Prensa de esa fuerza en Buenos Aires. Desde allí, Mariana Gómez señaló que no poseían registro de un procedimiento por trata de personas en el que hayan participado en agosto en Mendoza.Por su parte, el jefe de la Departamental de la Policía de Mendoza, comisario Walter Martinelli, dijo que intervendrán de oficio en la averiguación del paradero de esta mujer, con la intervención del Primer Juzgado de Instrucción de Tunuyán.